“El estilo es variado, pero creo que se nota una mayor presencia de adolescentes y jóvenes”. Lo dijo Federico Gómez, el guardavidas de la playa conocida como el “arenero”, la más extensa de Villa María.
Está ubicada al final de barrio Vista Verde, en la zona oeste de la localidad. Con el correr de los años ha ido cambiando su fisonomía (más o menos bancos de arena) pero siempre conservó características que la distinguieron del resto: es la más amplia, tiene muchas islas y es ideal para quienes buscan mayor tranquilidad o bañarse entre poca gente. Esto último no siempre sucede: en los fines de semana de calor la playa ya hace rato dejó de tener la calma de otrora y se ve atestada.
Para Federico, no son menos de 500 las personas que durante sábados y domingos eligen este sector. Remarcó que para Navidad y Año Nuevo esa cifra se vio cuadruplicada. “Las cualidades son que es una playa grande para tomar sol y ahora han agregado asadores y mesas, lo que hace que se pueda pasar el día en esta zona”, indicó el bañero a EL DIARIO.
Esta es su novena temporada de trabajo en el río pero además tiene en su haber otras cuatro en pileta. Subrayó que los jóvenes son los mayores habitués de el “arenero” y en ese sentido dijo que Amsterdam, el parador de aquí, los atrae en el atardecer. No obstante, también se ve a muchas familias y a niños pequeños.
Sobre el comportamiento de la gente, sostuvo que ha percibido “una mayor concientización con el correr de los años”.
“Ha ido mejorando este tema. Particularmente no he tenido que actuar aunque sí hacer prevención”, explicó a este cronista en un diálogo mantenido en el río.
“El sector es bueno porque por la profundidad, permite que los chiquitos y los grandes puedan meterse; al estar divididas por islitas van eligiendo de acuerdo a la profundidad”, por lo que es una zona que invita a todos.
Gómez apuntó que no sólo llegan villamarienses sino ciudadanos de toda la región. “Esto lo veo no sólo en el “arenero” sino especialmente en la zona de la bajada de calles Entre Ríos y Mendoza y en la del ex camping”, precisó.
Como este año el municipio decidió que los guardavidas vayan rotando de puestos semana a semana, esto nos permite conocer las costumbres y características de cada parador.
En cuanto a la limpieza, Federico advirtió que “falta mucho por corregir” por parte del vecino.
“Si tuviera que dar un número, sólo la mitad deja las cosas como tendría que dejarlas”, ilustró.
Habitués
Hay gente que viene todos los días a esta playa. Martín Giménez, uno de los consultados por este diario, contó que ha buscado refrescarse y disfrutar de otras partes de la costanera villamariense que no estén tan alejadas del centro pero que fue en vano. “Siempre terminamos volviendo, porque es amplia, tranquila y se puede estar en lo bajo y en lo hondo (sobre la costa villanovense)”, le explicó a este medio. Su novia Florencia añadió: “Es, por lejos, la playa más linda de la ciudad”.