Rita Figueroa dejó su Jachal natal para estudiar Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Villa María.
Es una de las jóvenes que puede proyectar su formación de grado gracias al convenio entre el Club de Servicios de Villa María y la Universidad Nacional de Villa María, por el cual, los chicos que estudiaron en las escuelas de frontera a las que ayuda el Club, pueden venir a la ciudad, residir en los departamentos que están construidos en el Campus, y almorzar o cenar en el comedor universitario.
“Me costó un poco dejar mi pueblo”, dijo Rita, pero asegura que ya se está adaptando.
Ya comenzó el cursillo de ingreso y si bien confesó que le cuesta un poco Matemática, confía en salir adelante.
El domingo llegó a Villa María y en estos primeros días está acompañada por su mamá, una hermana y una prima.
Por supuesto que no está sola. La acompañan jóvenes de otras escuelas de frontera que vinieron a estudiar por el mismo convenio.
Se trata de Danielo Kelm, de Misiones (estudia Ciencias Económicas); Jonatan Carrizo, de Tinogasta, Catamarca, quien estudia la misma carrera. También las hermanas Suáres, de Abra Pampa, Jujuy. Silvina, la menor, cursa la carrera de Terapia Ocupacional y Celeste, ya concluyendo la Licenciatura en Letras, está en este momento en México, merced a un intercambio de estudiantes con la Universidad del Distrito Federal.
También estudia en la UNVM Caren Smoli, misionera y estudiante de Lengua y Literatura.
Larisa Beltrán es tinogasteña y está cursando también Terapia Ocupacional.
El equipo de estudiantes universitarios que proviene de escuelas de frontera se completa con la sanjuanina Melisa Reyes, que está en el primer año de la Licenciatura de Diseño y Producción Audiovisual. Proviene, al igual que la recién llegada, de la localidad de Jachal.
Al grupo se suma una novena estudiante. Se trata de la hermana de Danielo, Jackeline Kelm, quien comenzó este año la carrera de Licenciatura en Desarrollo Local.
La joven misionera bromea diciendo que está “colada” en el grupo, porque ella no está en Villa María por el convenio, aunque recibe el apoyo del Club de Servicios.
En todos los casos, los chicos y sus familias veían a la Universidad como algo lejano e inalcanzable. Sin embargo, el convenio entre el Club y la UNVM, les abrió las puertas para formarse y volver con un título de grado a sus pueblos.
Las integrantes de la comisión, quienes compartieron ayer un almuerzo de camaradería, destacan que hasta el momento han recibido muchas satisfacciones de los chicos, que ponen todo su esfuerzo en aprobar cada materia, avanzando dentro de los plazos previstos en los estudios y con notas superiores al promedio, en muchos de los casos.
El Club de Servicios comienza la relación con las escuelas de frontera a partir de la ayuda que enviaban cada año a puntos distantes del país.
Ahí surge una relación, que vio sus frutos en una visita de un grupo de chicos con sus docentes a esta ciudad.
Atinadamente, la entidad solidaria pensó en la manera de que el vínculo se acrecentara, ofreciendo esta posibilidad concreta de estudiar en la Universidad.
Hoy, ocho jóvenes ven plasmado en sus vidas, los resultados de ese convenio.