Rivadavia cambió de escenario pero el desenlace fue el mismo: empate. Otra vez, de local, el elenco de Arroyo Cabral se debió conformar con repartir puntos, esta vez al igualar 1 a 1 frente a Talleres de Bell Ville que, en los 180 minutos cruciales que afrontó con el “Verde”, resultó “vencedor”.
El punto dejó, en materia de resultados, en una posición difícil al “Verde”, que igual mostró una mejoría considerable en cuanto a su producción, aunque la ineficacia en el arco rival le impidió ganar y acumula tres cotejos sin victorias.
Ayer, el “Verde” modificó su inestabilidad temperamental de los últimos encuentros por atributos futbolísticos (y positivas apariciones en el plano individual) que le permitió ser superior a un rival importante que demostró, en el inicio del trámite, su capacidad tras ser contundente en su primer arribo a fondo.
Apenas iniciado el partido se vio el primer desborde de Domínguez, quien entró sin marcas sobre el área chica y, tiró el centro atrás, donde Montiel -muy atento- le quitó el grito de gol a Federico Depetris quien, un par de minutos más tarde, sacó un remate (tras pase de su compañero de ataque) que el arquero contuvo perfecto.
Dichas acciones, claras, reflejaron el intenso arranque del “Verde”, como así también la propuesta de golpe a golpe con el cual salió a jugar la visita que, cuando se instaló varios minutos en el área rival, fue efectivo y anotó el gol que, a la postre, fue determinante.
A los siete minutos y en una acción que nació en envíos aéreos derivó a que Herrera y Garrido, tras captar rebotes y pasarse la pelota, finalizó en un centro para que Prino asistiera al solitario Matías Rodríguez, quien facturó con perfecto derechazo.
Sentido por el gol, el local fue con ímpetu e imponiéndole ritmo al trámite aunque ante un rival acoplado atrás le costó vulnerar a Montiel como en los primeros minutos pese a que continuó el muy buen trabajo de Domínguez y con la idea de ser criterioso con el balón.
En contrapartida, Talleres, solidario para defender y práctico para manejar los tiempos, replicó con peligrosidad principalmente por la habilidad de Rodríguez y movilidad de Cairo, dispuesto a receptar cada envío cruzado de sus compañeros.
No obstante, la insistencia y el peso individual le permitió al “Verde” tener chances de anotar su gol, que finalmente llegó y justificadamente.
En primera instancia tuvo sus opciones con sendas apariciones de Domínguez dentro del área (cabezazo a las manos de Montiel y otro apenas desviado) y, ya sobre los 36, pese a que sofocante calor se hacía sentir, llegó el 1 a 1. El tiro de esquina de Facundo Depetris encontró el ingreso de Claudio Andrada, quien puso el pie y la pelota se metió abajo, pegado al palo derecho.
Con el empate, el “Verde” creció considerablemente ante un Talleres que sintió el desgaste y quedó cerca del nocaut, pero el “Verde” careció de ese golpe letal. Es que, con la mayor participación de Pelé y la apertura de sus avances con “Facu” Depetris y Strumia, el elenco de Santoni encontró variantes positivas y desbordó a su oponente en los últimos minutos.
Y así fue que, pese a sufrir con una aparición de González tras yerro de Márquez, generó notables situaciones para marcar, aunque sin suerte. Es que, Fede Depetris no pudo en dos ocasiones y Montiel se quedó con un tiro de Strumia.
Así, con un envalentonado Rivadavia, finalizó el primer tiempo, donde el “Verde” podría haber tenido otro número en el marcador, aunque Talleres, hasta el que gol que sufrió, cumplió un rol inteligente y contundente.
Si bien el segundo tiempo no arrancó con la voracidad del primero, continuó teniendo (y asumiendo) el protagonismo el local, que no perdió tiempo para introducir modificaciones para tener velocidad en las bandas y tal vez resignó precisión, ante un rival que, en ataque, no inquietó en los primeros instantes.
En ataque el “Verde” lastimó cada vez que apareció Domínguez, pero repitió también las falencias, ya que siempre le faltó ese “punch” final, como así también se encontró con un Montiel inspirado como a los 14’, cuando el “1” rival le tapó un remate de “Nico”, en la chance más clara del anfitrión en el primer cuarto de hora.
Al no concretar, el “Verde” le dio respiro a Talleres que, cuando encontró espacios en campo rival, también lastimó aunque Gobbi, con notables apariciones, se quedó con los intentos rivales.
De a poco, con el correr de los minutos, el cotejo -pese a que el esfuerzo le quitó intensidad- se volvió dramático porque el “Verde” nunca claudicó en sus ataques y continuó generando oportunidades, como remates de Franco Rojas o el mismo Domínguez, quien marró, increíblemente, su gol tras un tiro libre al área.
Y tampoco le salió la última a Rivadavia cuando, en tiempo recuperado, Márquez tomó la lanza y, tras combinar con Giménez, quedó cara a cara con el arquero rival y disparó a las manos de Montiel.
Finalmente, el 1 a 1 no se modificó y llegó el silbatazo final de Rodríguez, para la felicidad de Talleres y la bronca, por el resultado, del “Verde”, porque el hecho de no haber podido ganar de local, ahora está obligado a ganar los partidos que quedan para aspirar a la clasificación.