Escribe:
Lic. Alfredo Koncurat
Con un sinceramiento implícito, el Gobierno ha decidido buscar una solución a la escalada continua de los precios, es que algo es claro: es imposible tapar el sol con el dedo.
Ya no quedaban opciones, hasta el propio grupo de economistas heterodoxos que conforman el Plan Fénix declararon en octubre pasado “la inflación ha vuelto a instalarse como una cuestión central entre las preocupaciones sociales y exige la adopción de políticas eficaces para su morigeración y control” (La cuestión inflacionaria en la Argentina - Cátedra Abierta Plan Fénix - octubre 2012).
Nos guste o no lo cierto es que el aumento de precios hace rato que molesta, y ya hace mella en la eficacia de la política macro.
Ahora bien, ¿eso significa que una vez más deba el país sucumbir a las clásicas recetas ortodoxas de economía política?
La historia muestra que cuando el país se encontró sumido de rodillas ante el flagelo de la escalada de precios, políticas salvadoras por el ministro neoliberal de turno implicaban restricciones monetarias, ajustes fiscales y disminuciones salariales que inexorablemente llevaban a un escenario por todos conocido: menos crecimiento, mayor desocupación y con ello mayor pobreza.
También esto es destacado por los economistas de Plan Fénix en su reflexión: “Nuestra historia enseña, sin embargo, que de la mano de argumentos antiinflacionarios se han gestado en el pasado planes de ajuste que implicaron graves retrocesos productivos y sociales, con serias consecuencias ulteriores en el terreno político-institucional”.
La discusión sobre el asunto ha puesto de relieve como nunca una pulseada ideológica, hoy el pensamiento heterodoxo enfrentado al neoliberalismo y sus recetas apadrinadas por el Fondo Monetario Internacional propone nuevos antídotos, nuevas fórmulas de ataque contra la inflación, ¿por qué? Porque su diagnóstico es totalmente diferente.
Visión heterodoxa
La visión heterodoxa plantea un problema estructural de la macroeconomía, las presiones inflacionarias provienen de múltiples factores endógenos como la histórica puja distributiva y la formación oligopólica de precios entre otros, pero también de factores externos como la fuerte revalorización internacional de los precios de los commodities, situación de la que ya se ha hecho hincapié en notas anteriores (“Oportunidad y amenaza para Argentina” 26-02-2011 - Commodities en alza, oportunidad para América Latina” 09-04-2011).
Desde esta visión, las soluciones son entonces políticas que deben atacar múltiples causas, y para ello se debe coordinar una importante pluralidad de medidas simultáneas.
La historia debe enseñarnos, la inflación es una cuestión mucho más compleja y excede la explicación del simple argumento monetarista del exceso de emisión monetaria.
Esta enunciación usada durante años como argumento disciplinador de masas por la ortodoxia neoliberal, simplifica el análisis y no deja entrever que el tema presenta un desafío mucho mayor que las típicas recetas monetarias restrictivas.