“El 19 de diciembre de 2001 se iniciaron los trágicos sucesos, luego que el presidente de entonces decretara el estado de sitio por los saqueos que se sucedían en diferentes lugares del país.
Así comenzaba una tarde-noche trágica para el país, en donde un pueblo cansado de las barbaries de un Gobierno, decidió salir a la calle a luchar por sus derechos, bajo el lema “que se vayan todos”.
A pesar de la renuncia de Fernando de la Rúa, la gente seguía en la calle y en la plaza se contaba un saldo de 25 muertos y 400 heridos.
Aquel diciembre de 2001 es una marca en la historia negra de nuestra República Argentina, pero lo es mucho más en el corazón de quienes formamos parte de la Juventud Peronista de Villa María. La noche lluviosa de aquel día 20 nuestros corazones se rompieron; es la noche en que vimos llorar sangre desde el cielo, es la noche en que trabajábamos por nuestras ideas para ayudar a los que no tenían para comer, es la noche en que perdimos a un gran compañero.
Las convicciones que nos acercaban a participar de la vida política siguen siendo nuestra principal bandera: que exista la igualdad de oportunidades, para que todos los jóvenes tengamos la posibilidad de estudiar, formar una familia, construir con la acción una sociedad inclusiva e igualitaria.
Aquel compañero con el que trabajamos arduamente mientras llovía y el calor agobiaba, ya no nos acompaña físicamente. En esa fecha complicada para todos los argentinos, la historia se lo llevó adonde van los que cumplen con los objetivos divinos...
Tal vez sin darnos cuenta, esa noche fue en la que le juramos a la Patria, como le cantar Adrián Abonizzio, “llevo tu corpiño atado en mi lanza...”.
Y en cada batalla ganada o perdida, tenemos en lo alto la firme convicción y energía de nuestro compañero Chalita.
Gabriel, sabemos que desde aquella lejana estrella que ocupas en el celeste infinito, nos acompañas todos los días para guiarnos en nuestro trabajo, con el objetivo de lograr la felicidad y la justicia para el pueblo.
Hasta la victoria siempre.”
Sebastián Capurro y Melina Mosquera, dirigentes de la Juventud Peronista