Los 105 milímetros de lluvia (se registraron ráfagas de vientos de hasta 90 kilómetros por hora) que se abatieron sobre Villa María y Villa Nueva en poco más de una hora durante la madrugada de ayer, generaron todo tipo de inconvenientes en hogares, calles y espacios públicos de las dos ciudades.
Los dilemas más preocupantes que tuvieron espacio en las primeras horas de la víspera tuvieron lamentablemente como protagonistas a vecinos que sufrieron las consecuencias de los anegamientos, caídas de postes y ramas en los sectores barriales donde habitan.
Por mayor nivel crítico, vale citar las dos evacuaciones de personas que fueron concretadas por integrantes del Cuerpo de Bomberos Voluntarios en barrio San Martín y Nicolás Avellaneda.
Según informaron referentes de los servidores públicos, minutos después de las seis de la mañana, un grupo de personas (cinco en total) tuvieron que ser socorridas en una particular situación.
Las fuentes consultadas por este matutino, confirmaron que los vecinos “no podían salir del vehículo en que se encontraban ya que el mismo estaba sumergido (hasta más de su mitad) en agua”.
El hecho motivó que los bomberos se trasladaran hasta la intersección de Buenos Aires y Monteagudo de barrio San Martín, para llevar adelante el salvataje (que terminó exitosamente).
Minutos después, otra dotación de efectivos participó del rescate de dos menores de edad en Salta al 2900.
De acuerdo a lo que pudo corroborar este matutino, los niños que habrían estado solos en la vivienda en que se domicilian, se asustaron porque la inundación comenzó a anegar el lugar.
Alertados por los vecinos, el escuadrón bomberil rápidamente llegó hasta el domicilio afectado y puso a resguardo a los pequeños que fueron trasladados hasta el Cuartel. Más tarde, los padres de los infantes evacuados fueron a retirarlos de la sede ubicada en calle General Paz.
Inundados estamos
Más allá que fueron muchos los espacios barriales donde la congestión de agua provocó todo tipo de daños, hubo dos barrios donde lo que aconteció excedió todos los límites. Hablamos de las “400 Viviendas” en Villa María, y el “Centro de Empleados de Comercio” en Villa Nueva.
En la vecina ciudad, la indignación de los habitantes del barrio CEC por lo sucedido alcanzó su máximo nivel.
La bronca de los frentistas tenía un justo fundamento ya que prácticamente el 80% de las unidades habitacionales que se erigen en esa zona villanovense, sufrieron algún tipo de percance por las inundaciones.
Lo peor de todo, el dramático cuadro que finalmente terminó correspondiéndose con la realidad, ya había sido anunciado por los vecinos en reiteradas oportunidades.
Los desniveles inapropiados, los desagües inoperantes y otros detalles de infraestructura urbana mal trazados, terminaron conspirando contra las propiedades de los contribuyentes que (en la mayoría de los casos) registraron inundaciones interiores más de más 50 centímetros de alto.
Por supuesto, las arterias barriales se mantuvieron intransitables hasta que un grupo de Bomberos de Villa Nueva, comenzó a drenar la gran cantidad de líquidos con bombas extractoras.
En otros lugares de la vecina ciudad, también se observaron calles anegadas (Buenos Aires y San Martín), aunque con el correr de las horas y el escurrimiento de las aguas, la normalidad retornó.
Párrafo aparte para los funcionarios municipales villanovenses. Según aseguraron los vecinos del barrio mercantil, ninguno de los integrantes del Ejecutivo liderado por Guillermo Cavagnero se acercó hasta la zona afectada por la inundación, durante los momentos más caóticos.
La actitud oficial fue remarcada como profundamente negativa por parte de los frentistas que balde en mano trataban de sacar el agua de sus casas.
Laguna traicionera
El efecto colateral del intenso fenómeno meteorológico de la víspera también hizo mella en varias cuadras del barrio “400 Viviendas”, sobre todo las que se ubican en cercanías al lugar donde se localiza la “laguna de retardo”.
Vale destacar que la laguna es parte integrante del sistema de desagües pluviales que impulsa el Gobierno comunal y aún está en construcción.
El desborde del piletón diseñado paradójicamente para “escurrir el agua de lluvia y evitar inundaciones” terminó afectando los inmuebles vecinos.
El más complejo de los cuadros en ese cuadrante barrial fue sin dudas el que se suscitó en la cortada Chaco entre calles Tucumán y San Luis.
Ahí, el agua no solamente ingresó a los hogares alcanzado la altura de más de 20 centímetros, sino que hasta llegó a la mitad de los coches que se encontraban estacionados en la cuadra mencionada.
Otro detalle fue la interrupción del servicio eléctrico por varias horas,.
“Hace cuatro años que vivo acá y nunca había visto una cosa semejante. En otras tormentas se había inundado, pero no de esta forma. Es un desastre”, indicó a EL DIARIO una de las vecinas damnificadas.
Vale destacar que en horas del mediodía operarios municipales llegaron al barrio para intentar dar solución a la variedad de problemáticas existentes.
Muchos más inconvenientes
En la zona céntrica villamariense, la peor parte la llevó el Subnivel que tuvo que ser temporalmente clausurado por la cantidad de agua en su calzada.
Por su parte, vecinos de Rivadavia al 200 denunciaron que “el agua de lluvia acumulada por el efecto de barrera que hace el lomo de burro que se encuentra en esta cuadra” provocó que la inundación ganase los espacios interiores de varias viviendas, arruinando muebles y otros elementos hogareños.
“Cada vez que llueve pasa esto, pero anoche fue peor que nunca. Aún a esta hora están secando pisos”, manifestó ante este matutino, un frentista durante la mañana de ayer.
Imágenes:
F1 y F2: El barrio “400 Viviendas”, la laguna de retardo colapsó, perjudicando a los vecinos que viven cerca de este lugar.
F3: Casas inundadas, una situación que ayer fue recurrente.
F4: En el barrio CEC de Villa Nueva, los anegamientos tuvieron su peor expresión afectando a la mayor
parte de los vecinos que habitan en ese sector de la vecina ciudad
