Escribe: Juan Manuel Gorno

En vísperas de las fiestas, Alumni adelantó su brindis con una victoria tan sacrificada como necesaria y se despidió de su público hasta 2009 esbozando una sonrisa soñada, de esas que inspiran optimismo para lo que venga.
Ante Deportivo Maipú, considerado uno de los rivales más difíciles de la categoría (hasta ayer sólo había perdido una vez en el certamen), el equipo de Mauricio Magistretti se puso el overol y redondeó un triunfo de 2-0 que reflejó su carisma por querer mejorar después de tres partidos sin alegrías.

Aprobado

Si el encuentro fue un examen de fin de año, para medir el nivel de algunos jugadores, se podría decir que muchos aprobaron.
Es que, además de la jerarquía intacta del mediocampista Ariel Quiroga, de las manos salvadoras de Julio Chiarini y del oficio intachable de Víctor Rena, también se resaltó la personalidad del santiagueño Hugo Yocca, el amor propio de Facundo Basualdo, la tranquilidad de Leandro Peñaloza y la habilidad decisiva de Matías Fernández como elementos nuevos que suman, más allá del gran trabajo de Diego Villagra, por ejemplo, que transmite tranquilidad.
Mezclados estos aspectos, hubo un cóctel que derivó en el triunfo y conspiró para que la tarea de Maipú no fuese la de otros partidos en los que sumó con experiencia.
El equipo mendocino llegó con la idea de imponer su presencia de solidez y vértigo, pero no encontró la eficacia y poco a poco se fue desmoronando.
No parecía que esto podía suceder en el primer tiempo, período en el que todo fue más parejo.
Con pressing constante, Maipú ensució el juego que podía salir de los pies de los volantes locales, entonces Rena y Basualdo tuvieron que bajar constantemente para tener contacto con el balón.
En una de las tantas búsquedas rápidas sobre la salida del rival, el equipo visitante tuvo la jugada más clara de la etapa, cuando Sebastián Coria quedó mano a mano con Chiarini, pero el arquero, rápido de reflejos, voló para desviar el violento disparo del nueve.
En el otro arco las jugadas se repetían en ciertos pelotazos con destino errado, pero igual hubo para tener en cuenta un disparo alejado de Yocca que hizo revolcar al arquero y una réplica gestada por los delanteros (Basualdo echando el centro y Rena arrastrando la marca) que terminó con Quiroga cabeceando desviado.
De todas maneras, el partido era un muestreo de lucha sostenida en el medio, cuerpo a cuerpo, y algunas imprecisiones lógicas por el estado del campo mojado.
Pero en el segundo tiempo, Alumni encontró el gol y todo fue diferente.
A los 7 minutos, en un contragolpe, Matías Fernández se juntó con Basualdo, quien finalmente prosiguió el camino por la derecha y remató de derecha, Bielly dio rebote, Rena llegó para conectar y nuevamente la pelota impactó en el arquero. Sin embargo, Fernández -obstinado por el gol- captó la carambola y la mandó a guardar para salir a desatar su euforia contenida.
Maipú dilapidó su oportunidad nítida para cambiar la historia, apenas un minuto después, cuando Chiarini apuró a Coria y desvió la pelota al córner.
A partir de allí, nada fue igual porque Hernán Medina, a quien se lo notó nervioso, bajó de atrás a Rena, se ganó la segunda amarilla y el equipo mendocino se quedó con un hombre de menos.
Alumni se manejó con inteligencia para no sufrir como en otras noches, porque guardó la pelota bajo la suela de Quiroga, tuvo experiencia con el ingreso de Carlos Arias y levantó una muralla con el trabajo eficaz de la última línea.
A la vez, los laterales siempre aportaron para la salida pulcra y hasta Villagra, después de un pase milimétrico del cinco, se convirtió en asistidor, llegando bien al fondo para enviar un centro rasante que Rena transformó en gol con un toque.
Así hubo aplausos de reconocimiento desde la tribuna porque el equipo, después de algunas pálidas y exhibición de incertidumbre, finalmente se levantó para cerrar 2008 un poco más lejos de las zonas de peligro y más cerca de lo que pretende el equipo para el año que viene.

La figura

César Ariel Quiroga fue ovacionado por el público porque jugó como siempre: muy bien, rápido y efectivo para recuperar; preciso y diferente para distribuir. También se lució Chiarini, tapando dos pelotas claves. Rena fue decisivo (hizo expulsar a Medina y marcó un gol) y Fernández tuvo su noche especial.

El árbitro

El paranaense David Bresler tuvo que trabajar bastante porque el partido tuvo muchas fricciones, aunque no malas intenciones. Estuvo atento para expulsar a Medina, que estaba amonestado y cometió una falta para otra amarilla, aunque el juez alternó buenas y malas y no penó de la misma manera una infracción de Estrada, en el primer tiempo.