Escribe: Malena Muñiz
Especial para EL DIARIO
El viajero con rumbo a la pintoresca ciudad de Tafí del Valle partirá desde San Miguel de Tucumán, tomará por la ruta provincial 307 hacia el oeste y se internará en la selva tucumana. Durante ese trayecto, conocerá la Reserva Natural Quebrada de los Sosa y pasará por tres parajes, que obligarán a detener el motor y contemplar el paisaje. Así, “El Indio”, “La Heladera” y “El fin del mundo” se convertirán en postales inolvidables.
Luego de poco más de 100 kilómetros, arribará a la localidad de Tafí del Valle, un lugar tapizado de verdes alfombras de vegetación y epicentro de un microclima cuyas temperaturas promedio son agradables durante la mayor parte del año. Está ubicada prácticamente en el centro del bellísimo valle, el cual separa las elevadas cordilleras de la Sierra del Aconquija al sur y las Cumbres Calchaquíes al norte.
Pasar unos días allí es una excelente oportunidad para estar en contacto con la naturaleza, conocer a sus amables habitantes y degustar los productos característicos de la zona. Ejemplo de ellos son los sabrosos quesos que pueden conseguirse en puestos y comercios. No en vano el municipio es sede del Festival Nacional del Queso.
Para pasear y aprender
A menos de un kilómetro del centro, se encuentra el Conjunto Jesuítico de La Banda, construido a inicios del Siglo XVIII. La vieja casona de la familia Frías Silva, transformada en museo, es uno de los más importantes del Noroeste argentino por su riqueza patrimonial y valor arquitectónico. En su interior se exponen los antecedentes históricos de la casa, detalles de la vida de sus propietarios así como el mobiliario y objetos de valor artístico que configuran una valiosa herencia histórica y cultural. También es posible recorrer el Museo Casa Duende, ubicado a dos kilómetros de la villa. Está dedicado a las creencias, mitos y tradiciones de la región.
Otro de los atractivos turísticos y culturales es el Parque Provincial Los Menhires, conformado por 107 piezas, con símbolos fálicos y talladas en piedra por los aborígenes de la cultura Tafí. Anteriormente estaban esparcidos por toda la zona, pero para preservar su integridad fueron reunidos en un predio en El Mollar, un poblado situado a 15 kilómetros de Tafí. Para conocer la reserva hay colectivos de línea que hacen ese trayecto varias veces al día. Más tarde, se puede visitar el dique La Angostura, un embalse que comprende 700 hectáreas aproximadamente. Es un sitio propicio para descansar, tomar fotografías, pescar pejerreyes o truchas, almorzar al aire libre o realizar deportes náuticos.
El regreso
El regreso hacia Tafí del Valle al caer el sol es un espectáculo que el visitante no puede perderse. Las luces del atardecer dibujan variadas formas en el cielo y en las montañas que vigilan la ciudad. Buena ocasión para caminar las calles de este paraíso tucumano, realizar cabalgatas, subirse a vehículos 4x4 o contemplar el paisaje desde un parapente.