“Aprender haciendo” es el lema de la carrera empresaria que cursó Hasier Amilibio, un joven vasco que actualmente está en Villa María para realizar su tesis en relaciones humanas dentro de las empresas.
“Desde el minuto cero de la carrera conformamos con un grupo de emprendedores una empresa, para ir poniendo en práctica los contenidos de la Universidad”, explicó Amilibio a EL DIARIO.
Precisamente, el método de estudio que aplican en la Universidad de Mondragón y, particularmente, en la carrera de “Liderazgo Emprendedor en Innovación” está fundado en la idea finlandesa de la Team Academy, que consiste en fundar el aprendizaje en la acción, por lo que la formación de la empresa entre estudiantes es una exigencia de la carrera.
Esa práctica incluye viajes para adquirir experiencia en distintas partes del mundo. Así pasó por Finlandia, Estados Unidos, China y la India. En los primeros sitios desarrollaron acciones en empresas y en el último se abocaron a tareas de servicio, integrando el cuerpo de voluntarios de la Fundación Madre Teresa de Calcuta.
“En China llevamos a cabo una serie de talleres para fortalecer las relaciones humanas dentro de las empresas”, dijo. Esos talleres son, precisamente, los que llevará a la práctica en una empresa láctea de la región como trabajo de tesis.
“El primer taller es sobre las tareas en equipo, que está muy relacionado a la eficiencia de la empresa. El segundo se funda en el liderazgo. El orden no es casual, dado que en las actividades que proponemos en el primer taller ya surgen los liderazgos futuros que ayudan a encauzar el segundo. El último taller que ponemos en práctica es el de la comunicación, para lograr que todos en una empresa, trabajadores y directivos, tengan un mismo objetivo”, explicó.
En China desarrollaron un cuarto taller para fidelizar a los trabajadores, dado que allí es muy alta la rotación de empleados. “Aquí no creo que sea necesario”, apuntó.
Hasier (nombre que en euskera, la lengua vasca, significa “el principio” o el “primogénito”) viene de una tierra de emprendedores. En medio de la crisis europea y particularmente, la de España, que tiene un 25% de desocupados, el País Vasco sigue siendo un corazón productivo con un menor índice “de paro”, como llaman ellos a la desocupación.
“Se trabaja mucho a partir del metal, fabricando electrodomésticos y otros artículos industriales”, indicó. Pero no sólo el rigor productivo es el que menguó los efectos de la crisis en la región vasca, sino también la organización. No es casual que la Universidad de Mondragón, donde se dicta la carrera, esté sostenida por cooperativas, dado que abundan las empresas conformadas en base a esa organización solidaria.
Hasier Amilibio está convencido de que “dedicar sólo ocho horas a un trabajo” no ayuda a hacer más eficiente a una empresa, sino que promueve el compromiso de todos con objetivos comunes.
“Por ejemplo, en San Francisco (USA) una de las empresas que visitamos ofrece mucha libertad para sus trabajadores. Ellos disponen los horarios y los adecuan a sus necesidades de vida. Si los días son buenos para surfear, adelantan vacaciones y como resultado final se hace más eficiente la empresa, porque la gente trabaja para vivir y no a la inversa y, por lo tanto, asume sus tareas con una mejor predisposición”, concluyó el joven tesista vasco que estará por tres meses en Villa María concretando su trabajo final de grado.