Carlos Herrera, otra vez, con su grito de gol, le brindó felicidad a Alumni y esta vez valió tres puntos vitales.
“Falucho” y sus festejos parecen ser obsequios habituales -pese a que estuvo un poco oculto en los últimos meses- al corazón del hincha “fortinero”, aunque el de anoche tenía destinatario, pese a que lo pudieron celebrar las centenares de personas ubicadas en Plaza Ocampo.
“Fue un regalo para mi madre”, explicó Herrera en zona de vestuario y añadió “hoy (por ayer) es su cumpleaños, (el sábado) no pude estar en la fiesta sorpresa que le habíamos armado, pero le prometí que le iba a regalar un gol y se me pudo dar”.
Así, manifestando su alegría por el gol y, además, con la satisfacción de haber cumplido la promesa, se mostró Herrera pospartido, a la vez que remarcó que su conquista “también es mérito de mis compañeros y del cuerpo técnico, porque están constantemente encima mío, tranquilizándome... Lo que pasa es que uno vive para el gol”.
Por lo tanto, más allá de su felicidad personal por el tanto, para “Falucho” lo más importante “es que el equipo está entero y muestra reacción para levantar los partidos”.
Su conquista, segunda en el año, le permitió al “Fortinero” obtener una victoria importante y, en ese sentido, manifestó: “Somos justos ganadores. En el primer tiempo hicimos los méritos para ir ganando por dos o tres goles de diferencia, no se pudo dar” y después “volvimos a fallar en el inicio del segundo tiempo, donde nos convierten, aunque con el empuje fuimos llegando, a veces sólo con pinceladas, pero me quedó esa pelota, por suerte entró y sirvió para que gane Alumni”.