Habita en la calle San Luis, quizás la arteria más simbólica del barrio. Si mira hacia atrás, recuerda que tardó en poblarse, que “todo esto era campo” y que no había ninguna casa. 

Ha pasado su niñez, adolescencia y transita su juventud en el sector junto a sus padres, Susana y Jorge, y sus cuatro hermanos: Marcos, Claudio, Elvio y Claudia.

“No hace mucho que cambió este barrio. Creo que más o menos en 2008, con nuevas casitas y un par de familias que llegaron para quedarse”, sintetizó.

En este sentido, dijo gustarle mucho el Sarmiento. “A mí me encanta, es una maravilla. Es el barrio más tranquilo”, afirmó.

“No me iría por nada, viviría acá toda la vida”, confió.

Diego posa con un vecinito, Valentín, para las cámaras de EL DIARIO. Conoce a todos y por eso se saluda con sus vecinos. Cita como referentes de la zona a Gladys Arias, Marta Garmendia, Matilde y Gladys Guzmán.

De los Carnavales Gigantes de Villa Nueva ha participado una sola vez, pero sí asistió en más ocasiones. Los califica con un diez.

Contó que existen todos los servicios, pero advirtió que “en cloacas estamos para atrás” y que “se tapan”. “Yo pediría un lomo de burro”, añadió luego en referencia al tránsito. Es que como reflejó María José, otra de nuestras entrevistadas (ver página 16), la circulación por calle San Luis es peligrosa. “La gente pasa fortísimo. El otro día agarraron a un nenito. No pasó a mayores pero quedó lastimado. Hace falta que pongan, al menos, un lomo de burro”, demandó. Con el pavimento de la arteria se suscitaron estos temores.

Por otro lado, solicitó un poste de luz en inmediaciones de su casa, “porque se cayó uno hace como dos meses y así quedó”.

A Diego le gusta Villa Nueva en general. Trabaja de peón de albañil y juega al fútbol, siendo hincha de Boca Juniors. 

Es soltero y tiene dos hijos: Kevin, de 8 y Milagros, de 7. Hizo la primaria en la Escuela Bartolomé Mitre y cursó sus estudios de Nivel Medio en el IPEM 322 Manuel Belgrano. Cuando al final de la nota, este cronista le preguntó cuáles eran sus deseos y qué expectativas tenía para su futuro, su rostro se modificó. “Estar con mi familia. Es que mis hijos viven en Córdoba, ellos están allá. Si Dios quiere los voy a ver. Me gustaría estar con ellos, los necesito”, rezó.