A casi un mes de llegar a los 26 años de vida, hace tiempo que pasó la barrera de la promesa para ser una realidad, aunque eso no le quite el sueño de dar el salto que tanto buscó de pequeño, ese que lo vio crecer en el All Boys, en el baby fútbol, luego en Asociación Española y hasta en las selecciones juveniles de la Liga Villamariense, donde fue compañero de -entre otros- Gastón Molina, hoy en Racing de Córdoba.

“Aloi tiene muy buenas condiciones”, decían por entonces los buscadores de promesas que revoloteaban las canchas de divisiones inferiores. Y al final quien ganó la pulseada para llevarlo fue River Plate, considerado siempre una entidad ejemplar en la captación de talentos.

El villamariense la peleó en el club de Núñez hasta que apareció una chance de emigrar a Inglaterra y, tiempo después, recaló en Belgrano, donde no le dieron muchas posibilidades.

Entre un club y otro, Aloi necesitaba jugar. Alumni lo repatrió y este año todo cambió para el villamariense, que juega más seguido y se hace un nombre para volver a empezar.

“Venía de un período de inactividad, me venía costando encontrar un lugar en el cual quedarme y sumar partidos; de repente lo hago en mi ciudad, en Alumni; eso está cerrando un poco por todos lados, me pone muy contento, me siento muy bien y eso se refleja en la cancha”, reconoció Santiago, hijo de Pablo Aloi, quien precisamente sigue ligado al fútbol y año tras año lleva a cabo el Mundialito de clubes en la ciudad.

“He tomado el rumbo para este lado, cambiando desde mi enfoque previo hasta la decisión de venir a jugar Alumni, pero hoy por hoy, con la confianza de la gente del club, del cuerpo técnico y de mis compañeros, eso hace que me haya encaminado un poco más en mi carrera deportiva”, señaló el volante.

 

Con gol

 

Buena pegada y manejo de balón, driblings verticales, inteligencia y contracción al trabajo, son algunos de los aspectos que se destacan en Aloi. Pero además es en un volante con buenas aspiraciones para el gol, tal como quedó evidenciado en los últimos encuentros. 

“Se había dado en los partidos de pretemporada, después en el comienzo del torneo, no podía concretar las situaciones; en los últimos partidos tuve la posibilidad de marcar, es algo lindo”, admitió.

“Pero tengo que provocar goles para mis compañeros; yo estoy en función del equipo y, la verdad, hacer goles no es algo que me desespere”, aclaró.

Más allá de esto, al ser consultado sobre lo que él busca para perfeccionar, recalcó: “Estoy trabajando bastante porque siempre hay aspectos que el cuerpo técnico me corrige”. 

“Todos los aspectos que me señalan trato de remarcarme yo primero porque son metas diarias como para ir mejorando y para volverme un mejor jugador y progresar”, sostuvo. Y agregó: “No apunto a algo específico, son muchas cosas que uno tiene que estar abierto para escuchar, tratar de aprender y, a medida que pasen los años, ir mejorando como futbolista”. 

Claro que, en esa búsqueda, todo se hace más sencillo si el equipo no juega bajo tensión o con problemas a cuestas.

Alumni sigue complicado en la tabla, pero está en alza. Y el propio Aloi lo sabe. 

“Es un momento positivo; el hecho de haber empatado un partido tan importante con Racing y haber ganado acá hace que el equipo se sienta bien y tome confianza”, apuntó.

“Es bueno entrar en la sumatoria de puntos, con empate, victoria de local... Pero sin dudas que ir a Sunchales el domingo y conseguir puntos será lo ideal”, añadió.

Para lograr el objetivo, primero está el funcionamiento y Aloi, al ser consultado sobre si Alumni está jugando mejor, afirmó: “Estamos funcionando mejor porque se está repitiendo el equipo que viene jugando y eso hace que se automaticen movimientos, que se puedan encontrar mejores funcionamientos y, sin dudas, cuando los resultados acompañan, ayudan con esa cuota de confianza que necesita el equipo para crecer”.

 

Un reflejo

 

Aloi forma parte de una larga camada de villamarienses que se fueron jóvenes a probar suerte en otros clubes y, con el tiempo, volvieron como refuerzos, no de relleno.

Víctor Rena, Diego Villagra y Carlos Herrera son, entre otros, esos jugadores locales que pueden defender no sólo la camiseta de Alumni, sino de la ciudad en un ámbito nacional y nada menos que la tercera categoría del fútbol argentino.

Jugar bien y empezar a ser considerado desde su propia ciudad, siendo un jugador hecho, puede ser vital para Aloi. Pero él no quiere poner su caso como algo único, al contrario. Por eso expresó: “Creo que las elecciones de los chicos que tienen posibilidades de irse a jugar a otros equipos deben tomarlas, deben ir a los lugares donde se les abran las puertas, donde los quieran, donde les den un futuro deportivo. Después, con el tiempo, supongo que les sucederá un poco como me sucedió a mí, de ir dándome cuenta por dónde, quizás, vienen las posibilidades porque, si de repente hoy la ciudad tiene a un club como Alumni, que juega en una división importante del fútbol argentino, me parece que es lindo para cualquier chico que se quiera convertir en un profesional del fútbol. Alumni puede sacar fruto de esa vidriera que posee para invitar a los talentos jóvenes de Villa María, no hay dudas”, comentó.