Señor director:
Me dirijo a usted para solicitar tenga a bien publicar mi carta de apoyo a la familia de la niña abusada por Fabián Sigifredo en la sección Correo de Lectores.
Quiero aclararle que soy amiga personal de ellos desde hace mucho tiempo y tengo un conocimiento detallado de lo sucedido, tanto en el derrotero judicial como en el sufrimiento padecido por la niña durante todo este tiempo. También sé del enorme esfuerzo realizado por los padres en estos casi cinco años de trámite judicial.
Queridos amigos:
Quiero apoyarlos públicamente porque les tengo un profundo respeto. Por la decencia que han demostrado frente a las opiniones contrarias, con los que no creen en ustedes, por el esfuerzo y convicciones que han tenido, al ponerse al hombro cuestiones que debieron ser temas de la Justicia.
Sólo personas con principios y valores como los que ustedes tienen, pueden llegar resistir con dignidad todo el camino que recorrieron, en especial, para contener y poner a vuestra hija a buen resguardo profesional desde el inicio de toda esta pesadilla.
Con lo único que contaron siempre es con la VERDAD.
Por y gracias a ella pudieron sortear miles de trabas, chicanas legales, rebatir argumentos humillantes, soportar intimidaciones, seguir adelante, sin importar las consecuencias. Sin la verdad en la mano, no hubieran podido llegar hasta el punto que siempre solicitaron: sentar al imputado en el banquillo de los acusados y que la Justicia decida. Allí no se llega por caprichos del destino. Se llega porque existen las pruebas necesarias que así sea.
Sólo los que estuvimos al lado de ustedes sabemos de todas las penurias que tuvieron que pasar para llegar a este punto. En lo personal, que los conozco de muchos años, sé que más allá de lo que diga la Justicia con su fallo, se sienten conformes con lo hecho hasta aquí. Que ya es suficiente. Ha sido mucho el dolor y muchas las lágrimas. Llegó el final de este camino.
Estoy segura que el mensaje que enviará este juicio, a través de su fallo, marcará claramente cual es la visión que tiene la Justicia sobre los derechos de los niños que sufren abusos de cualquier naturaleza, porque más allá de esta causa, hay niños, madres y familias que viven la misma realidad que vuestra hija. Muchos en completo silencio, sin oportunidad de denuncia, con temor a represalias, esperando que, por lo menos a través de un caso que no es el de ellos, puedan ver que existe la JUSTICIA.
Dios ilumine a las personas que tengan que tomar la decisión final, a la hora de valorar los hechos, las pruebas, los testimonios para que puedan ver con claridad -y ajustado a las leyes- que hay caricias que son delito, y esos delitos deben ser condenados.
Karina Quiroga
DNI 24399242
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