El intendente de Villa María tuvo palabras de elogios para el ahora obispo emérito José Angel Rovai, el pastor que condujo formalmente hasta el jueves la Iglesia Católica local.
Abordado por EL DIARIO, Eduardo Accastello develó que se iba a comunicar por teléfono tanto con Rovai como con su sucesor, Samuel Jofré Giraudo, quien asumiría formalmente en mayo próximo la administración pastoral de la Diócesis de Villa María.
Cuando este cronista le preguntó cómo definiría al pastor saliente, quien gobernó el territorio eclesiástico desde diciembre de 2006 hasta el jueves pasado, respondió que no le “correspondía” hablar de él, pero luego evaluó que “la comunidad ha tenido buena relación” con el purpurado.
Y también apuntó que personalmente ha mantenido buen diálogo con el obispo.
Luego, consideró que “ha sido un hombre que ha caminado mucho la Diócesis” local, lo que catalogó como “un antecedente importante para alguien que ejerce la idea de evangelizar” al pueblo.
“Me había dicho que se iba, por su edad”, indicó y cuando se le preguntó si tuvo mejor relación con el obispo anterior, Roberto Rodríguez (quien en 2006 fue trasladado a La Rioja), lo negó.
“A veces uno tiene una relación distinta, pero tanto con Rodríguez como con Rovai e incluso con Disandro -N. de la R.: estuvo hasta 1998, previo al primer mandato de Accastello- siempre tuvimos una excelente relación”, declaró.
Rovai seguirá en la ciudad y estará al frente de las misas de Semana Santa. Recién se iría en mayo, cuando sea consagrado obispo Jofré, quien llega para sucederlo desde Córdoba. No obstante, la Diócesis será administrada en este intervalo por un pastor que sería elegido mañana, cuando se reúna el Colegio de Consultores.
Durante los seis años en la localidad, valoró el progreso económico de la Diócesis pero a menudo cuestionó al Estado sobre todo por tres asuntos: las adicciones y las escasas vías de salida que se brinda a este problema; las tragamonedas y la explotación sexual. No obstante, se cuidó de pasar factura al mandatario en los Tedéum. “No me gusta retarlos en una ceremonia de esa naturaleza”, confesó recientemente.
El obispo emérito visitó en estos años las 50 parroquias y casi todas las capillas de la Diócesis. En las visitas compartió durante cuatro días con los sacerdotes del lugar y llevó sacramentos a los enfermos, confesó y recibió a fieles en los distintos despachos parroquiales. También visitó hogares. Priorizó las audiencias con sacerdotes y escribió Cartas Pastorales en el año sacerdotal 2009, en el año de la fe en 2011 y a raíz de la misión a Añatuya recientemente, entre otras.
Para Rovai, su sucesor, Jofré, “es el hombre que Villa María necesita”, según dijo “convencido”.