Año tras año, como en todas las instituciones, uno de los aspectos importantes es la denominación de los campeonatos. En ciertas circunstancias, se reconoce a quienes ya no están pero que dejaron su huella, o el aniversario y, desde hace algunos años, el baby fútbol les brinda el homenaje en vida, que se suele decir.
Y esta vez el nombre de Miguel Martino, fundador e histórico hombre de la Liga de Baby Fútbol, sonó más fuerte que todos y fue elegido por el cuerpo de delegados para que cuyo nombre lleve el campeonato oficial que se jugará este año y que tuvo su debut ayer en diferentes escenarios de la ciudad y la región.
Aunque hace algunos años, tras dejar su función en el Tribunal de Penas, dice “estar alejado un poco del baby”, su impronta y su capacidad dirigencial todavía resuenan en los pasillos de la Liga de Baby, teniendo en cuenta que Miguel Martino se relaciona con el fútbol infantil desde la década del 60, cuando decidió “colgar los botines” o, en su caso, los “guantes” (era arquero) a una muy temprana edad, para empezar a recorrer un extenso camino trabajando en pos del baby.
Miguel Martino nos recibió en su casa de Villa Nueva, después de una mañana laboral y, mientras de fondo se escuchaba la música folclórica que emite -como siempre- Radio Villa Nueva, regresó al tiempo para contar sus vivencias, sus encuentros y desencuentros y, principalmente, trazando una diferencia de aquel baby al de la actualidad.
Expresa que no le gustan los “reconocimientos”, aunque los acepta gustoso porque lo “reconfortan” y le señalan que todo ese trabajo silencioso y a destajo que hizo por los chicos no fue en vano ni muchos menos. Por lo que se muestra agradecido porque se lo haya elegido y refleja su satisfacción.
En la primera parte de la nota con SEMILLERO, recuerda aquella década del 60 cuando todo empezó, junto al “Conejo” Martín o después quedando solo y hasta compartiendo sus momentos con Abel Volta, con el cual crearon All Boys, sus pasos por Asociación Bancaria, sus anécdotas con Don Franco, con Roganti, con Maccarini (padre), con los Alamo, con todos hombres que marcaron a fuego el nombre de la Liga en aquellos primeros años y hasta el presente.
Fue tan fuerte como lo marcaron esos años que acepta decir que “el baby de hoy no es como el de los comienzos. A veces dicen que el fútbol de antes es mejor que el actual y uno también lo ve en esa perspectiva. Antes los padres no iban a las canchas, sólo eran uno o dos padres, los chicos se movían más solos o se trasladaban con nosotros. No estaban los problemas que suceden actualmente”.
“En aquel entonces –recuerda- era más lírico, más de potrero y sin dudas que no teníamos los inconvenientes de ahora. Me quedo con lo que fueron aquellos primeros años, aunque reconozco que hoy por hoy está muy bien organizado”.
Mientras explica esas sensaciones, Martino nos manifestó cuando comenzó su relación con el fútbol infantil: “Empecé en el año 1964, tenía 14 años, jugaba en River y con el Conejo Martín empezamos a hacer baby y nos entusiasmamos tanto que dejé de jugar, pese a que me venían a buscar para que siga jugando”.
Es que, comenta, “empezamos a ir a jugar a los campeonatos relámpagos y hasta le pusimos, sin saber ni quién era, el nombre de John Kennedy al equipo porque sonaba mucho su nombre en ese entonces”.
Dicho equipo, en tanto, duró un par de años hasta que “Martín se fue a Córdoba y nos juntamos con Abel (Volta) a armar un equipo y, previo a ir a un campeonato, no sabíamos qué nombre ponerle. Estuvimos hasta el mismo domingo antes que se hiciera el sorteo sin saberlo y entonces se me ocurrió una idea”.
De esa idea, en tanto, surgirá el nombre de uno los clubes fundadores y con mayor historia dentro del baby fútbol. ¿Cuál es?, mejor que lo cuente Martino: “En ese entonces llegaba acá el diario La Razón los domingo y le dije a Volta ‘mirá, voy a comprar el diario y el equipo que este puntero en la Primera B de Buenos Aires, ya que no queríamos un nombre de la primera división, le ponemos ese nombre. Por lo que, me fijé y dio la casualidad que el nombre del puntero, que desconocíamos, era All Boys y se llamó de esa manera. Así, en el año 66, empezó All Boys”.
Los campeonatos, en tanto, no eran muchos en ese entonces, por lo que empezaron a viajar a diferentes puntos de la provincia y, recuerda Martino, se les ocurrió poner un aviso en la Revista Asis que “aceptábamos desafíos”.
“Y empezaron a llegar muchas cartas, comenzamos a viajar, después también venían acá y hasta que fuimos a San Francisco, donde observamos que tenían un campeonato organizado, mientras que acá era un desorden, un chico jugaba un domingo con uno y al otro partido lo hacía con otro”.
Por lo que, tras asesorarse con el respectivo reglamento que tenía el certamen de San Francisco, se buscó formar un campeonato organizado, se reunían en un café del centro los representantes de los equipos que había en aquel entonces (entre el 71 y el 72), pero no se logró conformarlo.
Igualmente, algunos años más tarde, llegaría la concreción de la Liga. Y así lo informó Martino: “En el año 76 logramos armar algo bien hecho, lo pusimos a prueba y ya en el 77 empezó a funcionar la Liga de Baby hasta el día de hoy, en que ya se ha ido perfeccionando bastante el tema organizativo”.
“El baby fue algo que se fue haciendo de a poco y creciendo de una manera importante, tuvimos la presencia de muchos equipos de la región, ya que hubo años que vino Acción Juvenil de General Deheza, también un equipo de General Cabrera y hasta también quisieron hacerlo de Oncativo”.
O sea, para Martino, la Liga de Baby “creció sin dañar a nadie pese a que la Liga mayor a veces exprese lo contrario, porque el público de la Liga de Baby no es el mismo que va a la cancha grande los domingo, si no que hagan una prueba, que elijan el mejor día y no hagan baby, después que me digan cuánto incrementa el público en la cancha. Siempre remarcó que el baby no perjudica a la Liga mayor”.
Para Martino, en tanto, es “una lucha histórica la que hay entre ambas instituciones”, desde que “estaba Carmona que se viene discutiendo y algunos años atrás se hizo un buen arreglo cuando se sacó la 1991, pero después ellos mismos la rompieron porque al chico que está jugando el último año de baby lo siguen metiendo en cancha grande. Para mí, es un problema que nunca va a tener solución”.
Y, por último, Martino manifestó que “no creo que vuelva a trabajar en el baby. Ya hace algunos años que me alejé, fueron muchos años los que estuve y uno se va cansando. Además, hay otra mentalidad en la gente de ahora y en los chicos”.
“Creo que le di mucho y dejé muchas cosas de lado de mi vida por el baby”, destacó y, en contrapartida, remarcó que el baby le dio “una enorme satisfacción”.