La titular de la filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo, Sonia Torres, declaró ayer en la causa por la sustracción de su nieto, una de las 16 que conforman la megacausa La Perla y que por primera vez se ventila en un juicio por delitos de lesa humanidad en Córdoba.
En ese marco, señaló que "poco hicieron por la lucha que llevaron a cabo distintos gobiernos de la democracia" y destacó que fue Néstor Kirchner "quien nos recibió al mes de haber asumido la Presidencia y nos dijo que los derechos humanos iban a ser una política de Estado y cumplió".
Añadió que el ex presidente "nos ayudó mucho para encontrar nuestros hijos y nuestros nietos, nos dio todas las herramientas para lograrlo y hoy lo está haciendo la presidenta Cristina Fernández".
Torres, cuyo testimonio se extendió por espacio de dos horas, recordó que uno de los imputados, Luis Manzanelli, solía ir a la farmacia que tenía en el barrio de Villa Belgrano de la capital provincial.
"Un día -señaló- se estacionó un auto que estuvo mucho tiempo y le pregunté si se había perdido y arrancó y se fue sin decir nada, después me enteré que era Manzanelli".
Posteriormente, dirigiéndose al tribunal señaló: "Antes quiero decir a mí me gusta identificarme como la mamá de Silvina Parodi (desaparecida), la segunda mamá de Daniel (Orozco su yerno y también desaparecido) y abuela de mi nieto, porque yo también perdí mi identidad".
Recordó que cuando secuestraron a sus hijos de la vivienda que ocupaban en el barrio de Alta Córdoba, "los vecinos sintieron los gritos de dolor y los gritos de auxilio y las personas que quedaron afuera quisieron ayudarlos, pero fueron amenazados de muerte".
Tras recordar que Silvina tenía 20 años y estaba embarazada de seis meses y medio indicó que "se los llevaron el 26 de marzo de 1976 a las 18.30, no sin antes robar todo lo que encontraron y una fuerte suma de dinero que habíamos juntados con los padres de Daniel".
Torres indicó que su ex marido, Enrique Parodi, "se comunica conmigo y me cuenta del terrible secuestro que habían sufrido mis hijos".
Señaló que esa noche salió a la calle "cuando era muy peligroso porque en esa época los militares eran dueños y señores de la vida y la muerte de los cordobeses".
Precisó que "al día siguiente se paró un camión del Ejército en la casa de Silvina y Daniel y terminó con el saqueo que habían comenzado el día anterior; sólo quedó el mueble de la cocina porque estaba empotrado en el suelo".
Torres señaló que su ex marido fue a la casa de sus hijos, "revisó los papeles y había un certificado del doctor Ruli que había seguido todo el embarazo de mi hija y decía la fecha probable de parto, ella antes de ser secuestrada había ido a la casa de Ruli y él le hizo el certificado".
"Siempre buscamos a gente del Ejército, pero sin resultados" y recordó que su marido "era de Paraná al igual que (el represor ya fallecido Juan Bautista) Sasiaíñ (estaba a cargo de la 4ta. Brigada Aerotransportada) y le dijo que no tenía conocimiento y que se encargaría y dijo que esos secuestros se hacían entre los guerrilleros".
En otro momento, Torres señaló que un ex profesor de Silvina en el Colegio Manuel Belgrano le dijo que estaban en la Unidad Penitenciaria número 1 (UP1).
Recordó que el médico del hospital de Urgencias de apellido Elías, que había revisado a Silvina, "fue sacado cuando estaba operando, lo esposaron y su cadáver apareció al día siguiente en Chacra de la Merced".
En otro momento, Sonia Torres precisó que su hija menor Giselle, que en ese entonces tenía 17 años, "era voluntaria de la Casa Cuna, en ese momento estaba una monja de la Inmaculada, Asunción Medrano, quien le dijo: tu hermana tuvo un hijo varón en el Buen Pastor (cárcel de mujeres)".
Antes de Torres declaró la abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, María Teresa Sánchez, quien relató su secuestro con siete meses y medio de embarazo. Sánchez fue víctima de varios episodios de amenaza en democracia.
También declaró Adriana del Valle Ochoa, hija del gremialista asesinado Hugo Estanislao Ochoa. Los restos de Ochoa fueron recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense y devueltos a su familia en 2005.