Escribe:
Juan José Coronell
“Alguien ha bordado tu cuerpo con hilos de mi ansiedad”, canta Alejandro Sanz en “La fuerza del corazón”. Y pareciera que es lo mejor que le cabía a las fanáticas que por él llenaron el Orfeo. Porque a media hora del show, el griterío era incesante y no sólo desde el fans club que estaba bien adelante, sino de todas las mujeres, que se permitieron empezar la semana a puro romanticismo.
Así, a las 21:40 el escenario que poseía una especie de velas de barcos anunciaba que llegaba. La figura de él en blanco, en un fondo negro, lo tenía caminando sin prisa, pero sin pausa. Una especie de presentación de James Bond, pero a la inversa. La guitarra colgada era su arma. Apenas comenzó el show, con ella disparó las mejores canciones.
“Llamando a la mujer” fue su primer tema. Justo el tema para que si alguna se encontraba distraída -aunque parezca extraño- se entregará a él, como él lo hizo con ellas. “Qué gustito estar acá, qué pedazo de día nos ha regalado Córdoba. Es un honor y un placer estar en este escenario nuevamente, gracias por recibirnos, y vamos a darlo todo para que sea la noche que ustedes merecen”, dijo. Cómo decir sin andar diciendo y el cambio de la letra para gritar “Córdoba, que tú eres mi suerte” fue la clave para saber que ya la noche no podía cambiar.
Sí cambió de guitarras y violas y hasta cantó sin ellas en el momento de las baladas. Cuando al costado de un piano, “Enséñame tus manos”, “Para que me quieras”, “Hay un universo de pequeñas cosas”, “Me iré” se redujeron en un mix, luego de que hablara de la utopía, refiriéndose Eduardo Galeano sin citarlo. El escritor habla de la utopía como algo que está en el horizonte y a medida que te acercas, se aleja para que uno pueda seguir caminando. Alejandro Sanz para muchas es esa utopía inalcanzable, hasta que él llama a una mujer y la hace subir. Así ocurrió cuando cantó y bailó “Corazón partío” con una fanática. Ese hit fue el comienzo de otros.
Amor amor
La noche se fue dando entre temas como “Se vende”, “Desde cuándo” -punto alto de la noche-, “Nuestro amor será leyenda”, “El alma al aire”, ”Labana”, ”Quisiera ser” -en un repaso rápido, pero efectivo de esos temas-, “Y sólo se me ocurre amarte”, “Cuando nadie me ve”, “Yo te traigo”, “No me compares”, “No es lo mismo”, para hacer un repaso entre sus temas y discos más conocidos y lo más nuevo, como “La música no se toca”, que es el nombre del CD y de la gira que lo trajo a tierras cordobesas.
Al final de la noche, “Amiga mía” sonó para que se terminaran de enamorar todas. “¿Y si fuera ella?” cerró la noche. Todas querían ser ella. Por más que sospechamos que ella es Córdoba. Porque este español que tiene “porteño el corazón” se enamoró de “La Docta”. Y por eso dio el show que dio.