La concejala de la Unión Cívica Radical, Nora Landart, sostuvo ayer que la Casa de Medio Camino que posee el municipio para abordar las adicciones “no se ajusta a lo que es un hogar de este tipo” y dijo que el trabajo “que realizan sus profesionales es rescatable, pero insuficiente”.
La edil cuestionó que el tema no esté en la agenda prioritaria del Gobierno de Eduardo Accastello. “No es una interpretación subjetiva, no es una opinión. Uno visualiza la prioridad que se le da a las distintas problemáticas sociales a través de los presupuestos que se asignan”, advirtió. Y en este sentido, dijo que en la ciudad, de cada mil pesos, sólo dos son destinados a la lucha contra los flagelos de la violencia y las adicciones.
“Es una respuesta que resulta insuficiente para la dimensión que ha adquirido la problemática”, dijo y aclaró que la mayoría de los actores sociales que trabajan en el tema lo advierten. “Es un cuadro grave y complejo”, aseveró.
En este contexto, Landart se mostró preocupada porque a la naturalización del consumo de drogas legales, como el alcohol y el tabaco, “se ha sumado la del consumo de marihuana”.
“La situación demanda un abordaje interdisciplinario y el involucramiento de todas las organizaciones porque no es el Estado el único responsable, aunque tiene una responsabilidad primordial. La intervención del Gobierno local es clave porque es el que conoce la problemática de cerca. La Municipalidad hace algo, pero claramente es insuficiente”, declaró.
“Este problema atraviesa mi vida personal y puedo dar testimonios de madres y padres que sufren este flagelo. A quienes tienen obra social, se les torna dificultoso conseguir una cama en situaciones de urgencia, pero me interesa sobre todo rescatar a quienes no poseen cobertura y no tienen adónde ir. El Hospital no tiene recursos para afrontar la asistencia en crisis. En el Vidal Abal tienen lista de espera”, señaló.
La edil apuntó, además, que la Casa de Medio Camino “es un nombre de fantasía, una denominación vinculada a una modalidad de abordaje terapéutico que acá no se brinda”, ya que no posee las características que debe cumplir, como la cantidad de horas en las que se trabaja, las condiciones y lo que abarcan los talleres, “que tienen que incorporar a la familia del paciente” y que debiera permitir la proyección del adicto para su inserción laboral.