Más del 90% de los comercios que figuraban como deudores en los registros municipales ya no existían, según constató el equipo del Programa de Fortalecimiento de la Administración Municipal (Profam) en la Municipalidad de Villa Nueva. Esto de acuerdo a lo declarado por su coordinadora, Daniela Lucarelli, a EL DIARIO. La contadora explicó que cuando comenzaron a trabajar en esta comuna en crisis la deuda en Tasa de Comercio e Industria ascendía a 18 millones de pesos. No obstante, este número fue descartado luego por el trabajo de campo. “Cruzamos los datos con la base de la provincia y concluimos en que más del 90% de los comercios no existían. Se hizo un rastrillaje de campo y se constató que no estaban, habían cerrado pero no existía el expediente de baja”, aseguró.
“No sé dónde están, cerraron sus comercios y no tenemos cómo encontrarlos porque el domicilio asentado acá es el fiscal”, dijo. Entonces, se regeneró la base de datos y las estimaciones indican hoy que esa deuda es de cinco millones de pesos.
Ante la pregunta de este diario, Lucarelli admitió que hubo que “partir de cero” en gran parte de las acciones administrativas que llevaba adelante el municipio previo a la implementación de este programa universitario.
“Tuvimos que partir de cero e incluso a veces desde negativo: corregir lo que había, pero que se hacía mal”, confirmó.
Sin embargo, aclaró que esta situación no ocurre sólo en Villa Nueva. “Este contexto no tiene que asustarnos. Villa Nueva no es un lunar; la mayor parte de los municipios del país y de América Latina están en situaciones como éstas, pero en los más pequeños no salta porque la coparticipación es suficiente, no porque tengan sistemas contables. Entonces, pagan los sueldos de los trabajadores con la coparticipación, pero cuando la localidad supera los 20 mil habitantes pasa esto. Es un común denominador. Villa María también estuvo en emergencia cuando me tocó asumir la función, y tuvo que superarlo y lo hizo. Villa Nueva no es la oveja negra”, describió.