Una persona que trabaja con personas tiene que conocer su ciencia rigurosamente, y muy bien, porque no se puede trabajar sin el conocimiento. Pero también tiene que saber cómo transmitir ese saber, partiendo del respeto hacia el paciente y comprendiendo que éste tiene derechos, principalmente el de decidir sobre él mismo", expresó a Télam la doctora en Salud Mental y Especialista en Psicología médica María del Carmen Vidal y Benito.
La especialista afirmó que “la comunicación y el conocimiento biológico-científico son dimensiones de un mismo aspecto. El ser humano es una entidad compleja y multidimensional que tiene aspectos biológicos, sociales y psíquicos, pero esta división es sólo a los efectos del estudio ya que en la naturaleza esto se presenta todo junto”.
En el mismo sentido, el médico nefrólogo Carlos Musso, quien es además profesor de ciencias humanas y especialista en comunicación, sostuvo que “se puede ser el mejor especialista del mundo, pero si no se sabe transmitir esos conocimientos a una persona para que cumpla una prescripción no sirve porque el fin último no es el saber, sino que la persona se cure”.
Entre los temas esenciales que conforman una buena comunicación, Musso destacó la importancia de la escucha intentando comprender la necesidad del paciente más allá de lo que dice, y la necesidad de adaptar el lenguaje según el interlocutor.
“Si yo atendí 20 pacientes y hablé con todos igual, hubo alguien a quien no la hablé”, explicó el profesional, que dará este año un curso en la Universidad Maimónides sobre “Vejez y Comunicación”.
Al respecto, dijo que “en el caso de los adultos mayores hay que poner especial énfasis y tener en cuenta herramientas que hacen a la comunicación con cualquier paciente, más algunas barreras como pueden ser las auditivas o, en algunos casos, las neurológicas".
"Otro elemento distintivo es que, al igual que en la pediatría, existe mucha interacción con la familia, por lo que hay que estar preparado también para ello”, indicó.
Y añadió que “la oratoria es un arte y hay mucha bibliografía al respecto, muchas personas presuponen que todos nos entendemos, y no es así, hacerse entender es un trabajo y para ellos existen técnicas y herramientas en las que hay que formarse”.
Esta valorización del rol de la comunicación en la relación médico-paciente surgió en ambos profesionales a partir de una búsqueda individual de poder atender en forma más integral a sus pacientes, de comprender sus conductas, tratar de disipar sus angustias y poder brindar diagnósticos y prescripciones de la manera más adecuada.
Vidal y Benito, quien es actualmente jefa del Sector de Psiquiatría del Enlace e Interconsulta del Cemic y escribió cuatro libros en referencia a la temática, aseguró que “el manejo correcto de las herramientas comunicacionales no sólo es beneficioso para el paciente, sino para el propio médico, ya que se ha comprobado que aquellos que tienen estos conocimientos sufren de menos estrés laboral y ‘burnt out’, que son casos de estrés extremo”.
“Estos cuadros son producto de varias situaciones, entre ellas y de un modo relevante, de un sistema que te exige atender a los pacientes cada vez más rápido. Hace unos años en Barcelona los médicos de familia hicieron una huelga porque le ponían un paciente cada 7 minutos, y ellos pedían uno cada 10. Este es un problema mundial. El sistema de salud está armado en forma incoherente y en este engranaje el médico funciona como la carne en la picadora”, alertó la especialista.
Ante esta situación, la doctora señaló que “existen distintos frentes, desde el punto de vista de mi disciplina, incorporar determinadas herramientas comunicacionales servirá, porque está demostrado que hacen al profesional menos vulnerable al “burnt out”.
“Ahora bien -añadió- desde el punto de vista laboral, los médicos tendrán alguna vez que organizarse y luchar por sus derechos. Lo que no se puede ni se debe hacer, es pelear con el paciente cosas que hay que pelear con el sistema o con las instituciones.”
En referencia a la formación en estas habilidades, ambos especialistas reconocieron que existe un déficit en el ámbito académico.