“Es una lástima lo que sucede”. La frase podría surgir hoy de la voz de algún dirigente de Alumni o un simpatizante del club que se preocupa por este pedido de quiebra que surgió en los últimos días. Pero el dueño de esas palabras es Alejandro Luna, el arquero del equipo histórico que alcanzó el ascenso y, en consecuencia, uno de los que accionó contra la institución.
Es que, después de las palabras de los ex y actuales dirigentes, quedaba por saber la opinión de esos jugadores. Y Luna, desde Buenos Aires, no dudó en enviar un mail a nuestra Redacción exhibiendo su sensación: “Es una lástima que el recuerdo que tengo de la gente cálida de Villa María, como así también de las numerosas personas que trabajaron en el club Alumni en la temporada 2005/2006, donde me han tratado maravillosamente, y que además permitieron formar un grupo de jugadores notables y un cuerpo técnico capacitado, se vea empañada por la falta de reconocimiento a tan esperado logro”, escribió el arquero, desde Hurlingam.
Para ampliar ese concepto, ayer Luna atendió a nuestro medio telefónicamente desde su casa, donde analiza algunas ofertas para seguir su carrera luego de desvincularse de Defensa y Justicia.
“Lo escribí porque así lo siento, porque aprecio al club por los momentos vividos, por los recuerdos hermosos que tuvimos”, afirmó. Sin embargo, aclaró que “por otro lado, es una pena que no reconozcan el logro que se obtuvo”.
Luna dijo que se enteró del pedido de quiebra luego de comunicarse con Roberto Monserrat, quien mantiene contacto con el abogado Oscar Chiarini.
Al mismo tiempo, el arquero sostuvo que, como sucedió en cada lugar donde jugó, se mantiene informado a través de Internet y sigue las novedades de Alumni por la página de este medio.
El caso es que al arquero le hubiese gustado hablar de otra cosa.
“La verdad, no esperábamos llegar hasta acá, pero tuvimos paciencia porque siempre quisimos esperar que desde el club se pusieran en contacto con nosotros; no fue así, en dos años nunca nos llamaron”, afirmó.
En ese contexto, expresó que “la sensación es dolorosa porque no tengo rencor; en el club tengo gente querida, recuerdo a todos, a la gente de la comisión de entonces, al trabajo silencioso y efectivo que hizo Adrián Arzeno y hasta la gente que colaboró, que creo que ahora también forma parte de la comisión...Tengo un buen recuerdo de Alumni y de Villa María, una ciudad que aprendí a querer”. Sin embargo, resaltó que “esos recuerdos se empañaron cuando vimos que no se reconoció a los jugadores que logramos algo tan buscado y tan ansiado por el club desde muchos años. Jamás nos llamaron desde el club, nunca hubo un agasajo para ese plantel, nada”.
“Recuerdo que cuando volvimos a Villa María después del ascenso, el colectivo tuvo que parar 300 metros antes del ingreso a la ciudad por la alegría de la gente; recuerdo también que antes de enfrentar a Central Norte había un entusiasmo que pocas veces se vio”, manifestó el arquero.
Fue precisamente previo al duelo contra los salteños que los jugadores pactaron el premio de 50 mil pesos para todo el plantel, en caso de ascender.
“En ese entonces yo quería que el premio fuera por más dinero, pero entendimos la situación del club, por eso se acordó todo consensuadamente”, aseguró el arquero, para luego agregar que esos premios, repartidos entre todos, “significaba para algunos mucho menos de lo que cobraban de sueldos, pero era importante para los más chicos y para todos, por las vicisitudes que tuvimos que pasar y por el esfuerzo de un grupo que era muy bueno”.
Por último, Luna volvió a remarcar: “Lamento que suceda esto”, y cerró el diálogo comentando que desea quedarse a jugar en Buenos Aires, aunque reconoció que siempre le fue mejor en el interior del país, ya que ascendió con la CAI de Comodoro Rivadavia y Alumni.