El miércoles 27 de febrero pasado comenzaron las clases en el Cenpa Justo José de Urquiza, el que abarca a adolescentes y que funciona en las instalaciones del Cencar, en 25 de Mayo y San Lorenzo, en barrio Residencial América.
La docente Natalia Geremía, quien está a cargo del mismo, dijo a EL DIARIO que concurren poco más de una decena de alumnos (entre 13 y 18 años), quienes almuerzan allí a través del Paicor.
Este será un año clave para el establecimiento porque se espera que se concreten diversos vínculos con instituciones de las dos Villas, con el fin de beneficiar a los alumnos que concurren (con charlas y capacitaciones), quienes han dejado la primaria en su momento y por eso ahora asisten a esta modalidad, que es la de adultos.
Los estudiantes tienen talleres como los de recreación, pátina y reciclado y se busca que existan otros más, además del de formación laboral.
El trabajo que realizan aquí los docentes es sumamente valioso y de “hormiga”, ante la complejidad de la realidad del estudiantado. La mayoría pertenece a franjas de población de escasos recursos. Los chicos cuando empiezan a tener salidas típicas de la etapa, necesitan dinero y por eso los atrae trabajar y dejar de estudiar, por lo que los profesores buscan contenerlos en el aula enseñándoles que esto redundará en un mejor futuro para ellos. No es fácil.
Además, hay diversas realidades dentro del aula. Por eso, no es uniforme el nivel de instrucción de cada uno, lo que lleva a los educadores a tener una atención personalizada. Lo hacen con pasión. Por las características sociales del grupo y las diversas etapas de aprendizaje en que se hallan, la tarea de la maestra tiene distintas dificultades, realizando actividades que tienen que ver con necesidades individuales, sociales, administrativas y pedagógicas.
Geremía viene de recorrer las escuelas de la ciudad para detectar casos de sobreedad, intentando evitar que el chico deserte del sistema y que conozca que aquí se halla esta oportunidad.
Este CENPA comenzó a funcionar a través del proyecto de Extensión Aulica desarrollado por el CENMA, que funciona en las instalaciones del Centro de Capacitación y Recreación (Cencar), y se llevó a cabo a raíz de un acuerdo entre el área de Educación del municipio y la ex MUNAF, actual Secretaría de Justicia SENAF.
A razón de la demanda que se dio de niños de primaria no escolarizados y en situación de riesgo, se le solicitó a la Inspección de Adultos la incorporación a la extensión áulica de una docente de adultos de Nivel Primario.
Por eso, todos los adolescentes inscriptos en 2009 fueron receptados a través de Acción Social del municipio y de la Secretaría de Justicia, aunque desde 2010 las inscripciones son abiertas a toda la comunidad.