"La gente recuerda las cara sucias de esta panadería". La frase es de Noelia Mansilla, una joven de 26 años que atiende una de las panaderías que ha perdurado con gran clientela en este barrio. Y con esas palabras ilustrará el fuego sagrado entre la gente y el local de su familia.
Hija de Mercedes y de Gabriel y con dos hermanos (una mujer y un varón), desde que nació ha observado parte de su vida desde este comercio. Las hijas del antiguo dueño de la panadería se la vendieron a su abuelo y luego la heredó el papá de Noelia.
Su nono falleció el año pasado, a los 86 y había dejado de trabajar aquí a los 70, pero no del todo, porque al decir de la entrevistada “siempre andaba en algo”.
La joven recuerda que había pocas casas cuando ella era chica y que estaba deshabitado el Cencar, donde hoy funciona una escuela para adultos. Y si mira para atrás se ve jugando a las escondidas con los chicos y chicas del barrio y algo más… disfrutando también de un partido de fútbol, pero no como espectadora. “Soy fanática de River Plate, me gusta jugar al padle y me gustó siempre el fútbol. Estuve jugando en Alem”, reveló. Súper deportista, también hizo mountain bike: “(Raúl) Suppo me conoce de la infancia”, dice en alusión al hombre insignia del ciclismo en la actualidad en la ciudad.
Volviendo a la comparación del antes y el después, Noelia dirá que cambió mucho el Residencial América y con un dejo de nostalgia confesará que “los chicos de mi edad se trasladaron”, emigrando del barrio. “Se fueron ellos pero sus familias permanecen”, aclaró. No obstante, la distancia es sólo física, “porque seguimos en contacto”.
Hoy habitan muchos adultos mayores y la gente, en general “es amistosa”. Cita a Inés Amante, Abeldaño, Ferreyra, Durán y Rigui como los vecinos que todos conocen por aquí. Y piensa que no hay uno que sobresalga en particular, porque “todos, por una cosa o por la otra, nos conocemos por algo”. Así, un simple recorrido detectará que no hay nadie que no conozca la panadería de los Mansilla ni a Inés, la peluquera que vive enfrente de la misma y que prefirió no hablar (golpeada en una pierna, recibió a EL DIARIO en su living y se excusó).
Noelia divisó que la ciudad ha crecido en habitantes y apreció que le gustaría un intendente con más actividad. Luego, conceptuó a Villa Nueva como una localidad de gente más amistosa que otras ciudades. “Por ejemplo, abren locales nuevos y te lo dicen: comparan con habitantes de otros lados y te dicen que los villanovenses somos amistosos”, reveló con orgullo.
Ella continúa eligiendo a la localidad para vivir. “Tiene todo lo que hay que tener: río, tranquilidad y amistades entre vecinos”, precisó.