La Unidad Departamental General San Martín informó ayer de un doble ilícito perpetrado por un adolescente, cuyas características revelan la compleja situación en la que están sumidos algunos menores que delinquen en Villa María y la región.
El principio de lo acaecido con el menor de 17 años ocurrió alrededor de las 21.30 del martes pasado cuando la patrulla motorizada se entrevistó en la esquina de Ibira y Morabillo, en la ciudad de Villa Nueva, con un joven de 18 años.
En esa ocasión, el muchacho denunció que dos individuos intentaron apoderarse de sus pertenencias, entre ellas un teléfono celular, pero luego se dieron a la fuga.
Montado en forma inmediata un operativo cerrojo, los agentes logran la aprehensión, en el cruce de las calles Vaudagnotto y Varaz Alonso, también en Villa Nueva, de un chico de 17 años, relacionado con el ilícito denunciado.
De inmediato el aprehendido fue trasladado a la sede policial y puesto a disposición del Juzgado de Menores, por la supuesta autoría de “robo en grado de tentativa”.
El segundo hecho
Durante la mañana de ayer, en tanto, ante la presencia del padre del menor, éste fue puesto en libertad, por lo que quedó a disposición del progenitor.
Sin embargo lo que nadie previó fue lo que realmente pasó, toda vez que el chico fue enviado a su casa por el padre, sin que éste lo acompañara, ocasión en la que volvió a delinquir.
Fue así que el adolescente subió al Chevrolet Corsa, patente HBP 855, interno 346 al servicio de la empresa de remises Donald, a cuyo volante se encontraba Pedro Molina, de 60 años.
Hacia su hogar partió el coche de alquiler transportando al joven que acababa de dejar la sede policial cuando, a la altura del 500 de calle San Luis, en Villa María, éste esgrimió un punzón con el que amenazó al remisero para que le entregara el dinero.
Cuando el menor logró su cometido y se apoderó de una suma cercana a los 600 pesos, emprendió la huida, aunque posteriormente fue nuevamente detenido en otro operativo cerrojo de la Policía.
Trasladado nuevamente a la sede policial, esta vez por la autoría de “robo calificado en flagrancia”, el chico fue enviado a un instituto para menores de la ciudad de Córdoba, donde ahora se encuentra alojado.