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Este año, los chicos de la Clase 1996 del baby también jugaron las inferiores. Hay promesas que para la próxima temporada no ocurrirá lo mismo con la Clase 1997 |
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Cuando hay hombres de buena voluntad, los problemas, las diferencias y los conflictos pueden superarse. Esto es, precisamente, lo que esperamos para el año próximo. Para tener un baby mejor.
Cuando hablamos de hombres de buena voluntad hablamos, obviamente, de dirigentes de buena voluntad.
Desde hace mucho tiempo venimos pregonando desde nuestro espacio que los niños del fútbol deben terminar un ciclo y recién después iniciar el siguiente.
Más precisamente, que terminen de cumplir con su ciclo en el baby y después iniciar el de las inferiores. Pero ese criterio estuvo este año entremezclado: los chicos de la clase mayor del baby (1996) jugaban los domingos en cancha reducida y los sábados lo hacían en cancha grande, integrando equipos de la novena categoría en las divisiones inferiores.
Es decir, compartían los distintos reglamentos y costumbres que por un lado tiene la Liga Villamariense de Baby Fútbol y por el otro la Liga Villamariense de Fútbol.
Esta situación generó que durante la temporada oficial 2008 el baby fútbol sufriera varias postergaciones porque algunos clubes tuvieron problemas con sus equipos de la Clase 1996.
Pero, insistiendo con los hombres de buena voluntad, esperamos que durante el año próximo no ocurra lo mismo con la Clase 1997 del baby. Al respecto hay promesas y las promesas deben cumplirse. Esto es bueno que quede escrito y al menos en nuestro espacio ya lo está.
El campeonato de baby de la temporada que acaba de concluir estuvo ahogado en términos de tiempo por las postergaciones y esto perjudicó a quien menos debe ser perjudicado: el chico.
Hubo casos donde los chicos podían hasta perderse el siempre tan ansiado viaje de estudios o bien una posible final de su equipo. ¿Es justo? Claro que no.
Todas estas “perlitas”, si se pueden llamar así, sirven para tener en cuenta estas situaciones de ahora en adelante y a la hora de los pasos previos a una temporada abrir los ojos, trabajar criteriosamente y evitar problemas.
Los chicos merecen que sus tiempos sean respetados. Seguramente todos coinciden que no pueden jugar sábados y domingos, y lo que es más, cuando hubo doble jornada en el baby, lo hacían sábados, domingos y lunes. Hablamos, obviamente, de quienes jugaban en la categoría mayor del baby y en la menor de las inferiores.
El torneo del baby debe comenzar con el debido tiempo, como corresponde y la Liga de la especialidad debe trabajar independientemente porque es, precisamente, independiente. Es decir, debe organizar sus campeonatos sin depender de nadie, como se hizo históricamente.
Es hora de que se superen las diferencias entre una institución y la otra. Que no haya presiones de ninguna naturaleza y que cada una organice sus torneos independientemente de la otra.
Pero para esto, indudablemente, debe quedar en claro una cuestión: el baby debe ser exclusivo para sus cuatro categorías y no compartir la mayor con las inferiores. De esta forma se podrá trabajar en armonía y sin conflictos.
Algunas cosas tienen que quedar en claro: si la Liga de Baby elige independientemente una forma de hacer jugar sus torneos, los clubes que la integran deben aceptar las reglas de juego si son sus intenciones seguir participando. Si el año próximo, como se ha prometido, se resuelve que la Clase 1997 tendrá exclusividad de cancha chica, debe ser aceptado por los actores.
Buscarle una salida lógica a la situación es lo más adecuado. Pero no buscarla sobre las fechas de inicio de los torneos, sino hacerlo apenas las instituciones vuelvan a deliberar con vistas a la temporada.
Es una asignatura pendiente que tiene la Liga de Baby y es esperar un gesto de buena voluntad de la Liga mayor.
El baby ya ha cumplido con una decisión difícil de ser tomada pero con resultados positivos al final: no dejar que los clubes formaran verdaderas “selecciones” incorporando chicos de otros lugares, sino imponiéndole a cada uno un tope. De esta forma, cada chico puede jugar en su lugar de origen y formando equipos de su propia región.
Resta ahora el tema que nos ocupa y que puede observarse como más complicado. Al respecto, insistimos: si hay hombres de buena voluntad, habrá chicos más felices y desahogados en tiempo. Teniendo libertad para poder vivir, también, sin fútbol: el estudio, los amigos y la familia. Es nuestro más ferviente deseo para 2009. Ojalá se cumpla.
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