Escribe: Jesús ChirinoUn recorte del Heraldo, fechado en octubre de 1949, permite leer el título de una interesante nota que dice “El avión de propulsión a chorro será motivo de gran atracción en la feria”, más abajo agrega “Arribó ayer el aparato”. Según el cuerpo de la nota periodística lo que más llamaría la atención del público que asistiría a la Primera Feria Industrial y Comercial del Centro Argentino sería “la presentación del primer aparato aéreo de propulsión a reacción, que ha producido el país”.
En el bulevar
Según Heraldo se trataba de un artefacto volador “diseñado y construido íntegramente en el Instituto Aerotécnico de Córdoba”. El periodista señala que el avión era “un exponente genuino del ingenio y la capacidad técnica que caracteriza a las creaciones de la industria argentina”. En realidad el sector industrial del país tendría serias dificultades, que nunca pudo superar, para encarar una producción en serie de este tipo de aviones.
Carlos Martín, hombre dedicado a los estudios históricos en general y especialmente los numismáticos, recuerda que la referida muestra se trató de “un remedo de lo que poco antes fue la exposición industrial en Palermo, donde hasta la Casa de la Moneda llevó maquinaria que hizo funcionar allí mismo, en el predio de la Sociedad Rural, en Buenos Aires”. Respecto de la gran atracción expuesta en Villa María, Martín recuerda que un motor pendía de una estructura que, supone, se usaría para el armado de la máquina en la fábrica de Córdoba. También nos refiere que la ubicación de la muestra se realizó en pleno bulevar Vélez Sarsfield, entre los ramales ferroviarios, uno que va a Córdoba y el otro a Río Cuarto. En los galpones situados en la esquina formada por el bulevar y la calle que conduce a la entrada del cementerio municipal estaba el avión, así nos lo confirma el ex legislador radical Daniel Baysre. Parece ser que la nariz del logro ingenieril apuntaba hacia la calle Leandro Alem. Baysre lamenta no tener fotografías de aquella muestra, pero resalta la suerte de haber presenciado la visita del Pulqui I a la ciudad.
Recorriendo los documentos que pueden consultarse en el Archivo Histórico Municipal encontramos que en libro copiador 64, página 385, está la nota del comisionado municipal M. A. Blanco y el secretario Gilberto Costa, dirigida al presidente del Centro Comercial e Industrial señalando que el municipio accedió a lo solicitado “por ese Centro para clausurar el boulevard Vélez Sarsfield en el tramo comprendido entre los pasos a nivel del Ferrocarril Nacional General Mitre, ramal a Río Cuarto y a Córdoba, debiendo dejar seis metros de calle para el tránsito de vehículos”. Es decir el mismo espacio geográfico que referencian Martín y Baysre, quienes agregan que cuando ponían en marcha el motor la gente se asombraba del fuerte ruido que producía el mismo.
De gran importancia
Aquella muestra fue de gran importancia, la comisión organizadora de ese evento fue presidida por Agustín Baudino y a la celebración se sumaron diversas instituciones del medio.
En la página 399 del mismo libro copiador anteriormente citado puede leerse otra nota que el comisionado le dirigió al entonces gobernador provincial brigadier Juan Ignacio San Martín. Le pedía permiso para declarar feriado el día de la inauguración de esa “Primera Feria Industrial y Comercial del Centro Argentino… por tratarse de un acontecimiento tan trascendental y de significativa importancia para nuestra ciudad, máxime que contará con el auspicio y concurrencia de altas autoridades nacionales”.
Regresando a la perla de la muestra, es decir el avión de propulsión a reacción y lo publicado por Heraldo, podemos decir que se reportó que dicho aparato aéreo había partido de Córdoba capital, un día antes de la inauguración del evento, faltando diez minutos para las 8 de la mañana para aterrizar poco tiempo después en el campo del Aeroclub local. El bólido fue piloteado por el capitán Weis, a quien acompañó el mecánico suboficial mayor Antonio Mina. Desde la cordobesa pista del “Instituto Aeronáutico” hasta Villa María sólo tardó doce minutos, no era para menos, pues desarrollaba velocidad máxima de 850 kilómetros por hora, según publicó la prensa villamariense.
Según los datos relevados, y así lo confirma Baysre, pareciera ser que aquel avión admirado por los asistentes a la referida feria en 1949 no era otro que el denominado Pulqui I (flecha en lengua mapuche) construido en lo que luego se transformaría en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, con la ayuda de técnicos alemanes que llegaron a nuestro país luego de terminada la Segunda Guerra Mundial. El mítico Pulqui surcó los aires de nuestra Villa.
