Juntas coordinan “La voz y la máscara”, un ciclo de poesía y performance que arranca este martes en laMedioteca. Será la primera vez que en Villa María ambas experiencias se fusionen en un mismo evento. Los poetas locales estarán acompañados por artistas multimediales de Córdoba y Entre Ríos. Cerrará el ciclo el actor villamariense Juan Pablo Amante, con una puesta basada en textos de Leónidas Lamborghini
¿Es la escritura una máscara? Y en el caso de serlo, ¿cuál es el verdadero rostro? ¿El del enmascarado o ese otro que se ha superpuesto a la propia identidad?
Silvina y Verónica se hicieron estas preguntas una y otra vez mientras pensaban este ciclo para tiempos de Carnaval y disfraces. Sin embargo, la idea madre fue mutando. “Al principio pensamos que cada poeta leyera a otro con una máscara y le diera su voz”, comenta Verónica. Sin embargo, pasado el tiempo de Carnaval, el concepto de máscara mutó. “Y si bien la idea de leer a otro permaneció, también cada poeta leerá textos de su propia cosecha. Hasta habíamos pensado en que usaran una máscara transparente -agrega Silvina-. De hecho, yo tengo una (risas). Pero esta idea nos llevó derecho a la performance, esa acción poética en donde cada uno adopta la voz de otro, se rompen los límites de la lectura de atril y con todo el cuerpo dicen el poema”, explica la autora.
Amigas escritoras
Se conocieron el año pasado gracias a “Mestizaje”, el ciclo de lectura que coordinara Silvina en el café de “LibreLibro” y al cual invitara a Verónica a participar. Luego, ambas empezaron a trabajar en conjunto. Y así llevaron el “Mestizaje” a la Medioteca durante la última Feria del Libro, de tal modo que la directora Anabella Gill les ofreció el espacio para el año en curso. El presente ciclo será el primero cuya marca registrada les pertenece a las dos.
“Lo que estamos intentando con estos ciclos es ampliar el concepto que se tiene de poesía en la ciudad, ya que acá hay una mirada muy estereotipada -comenta Silvina-. Acá se piensa la lectura en espacios distintos para el que escucha y el que está en la posición de poeta. Y la idea es mostrar que esas fronteras son construidas y muy difusas, que está bueno intercambiar posiciones y que la poesía tiene conexión con ese y otro tipo de prácticas como, por ejemplo, la performance”.
Respecto a esta última, Mercadal la define como “una de las formas de la poesía donde se trata de conectar arte y vida y, sobre todo, encarnar la palabra. Una de las relaciones entre poesía y teatro es la performance tal como la concibió en los 60 el poeta chileno Alejandro Jodorowski, quien buscó construir una acción que tuviera un efecto poético, un cuerpo y una voz modulando un nuevo lenguaje”.
Respecto a las expectativas que ambas tienen para el evento, Silvina comenta que “son las mismas que tuve con los ciclos anteriores, que motive la manera en que está propuesto y que vengan personas de muchos ámbitos, no sólo de la literatura”.
Poesía de las dos Villas
Pero ¿cómo ven estas dos escritoras el panorama de la poesía local, el presente en relación al pasado fundacional y al inmediato? Silvina Mercadal apura la primera respuesta.
“Acá hay una tradición de poetas muy importantes, desde Rosa Tejeda de Vázquez hasta la figura tutelar de Edith Vera. Después se pueden reconocer figuras muy importantes que marcaron a distintas generaciones, como Dolly Pagani, que siempre apareció dispuesta a compartir sus conocimientos y experiencias. También hay figuras ineludibles, como Alejandro Schmidt. En los últimos años hay una generación nueva con otro tipo de búsquedas, como es el caso de Carina Sedevich y Fabián Clementi; pero también Gustavo Borga, cuya poética es muy personal, casi insular. Ellos están volviendo el mapa poético de la ciudad más plural y con búsquedas diferentes. Cada uno está construyendo algo que no es fácil de hacer; una voz y una manera de pensar el mundo a través del lenguaje”.
Para Verónica, que llegó a la ciudad hace apenas ocho años (es riocuartense de nacimiento y cordobesa por adopción), “Villa María tiene menos cantidad de escritores que Córdoba y Río Cuarto, pero, en cambio, tiene una intensidad y calidad impresionantes. Dolly Pagani fue la primera poeta que conocí y fue generosísima conmigo desde su taller. También Susana Zazzetti, que me ayudó mucho leyendo mis textos. Con el paso de los años, la conocí a Silvina, a quien leí mucho. Y también a Carina Sedevich, cuyo último libro me encantó”.
Respecto a los poetas invitados, Silvina señala que “se trata de una elección por afinidad, ya que con todos hemos compartido lecturas o reuniones y nos sentimos bien entre nosotros. Pero la idea es que se sumen otros autores a la Medioteca y que más adelante propongan ciclos porque éste es un espacio fabuloso”.
Sin embargo, más allá de las “afinidades” mencionadas por Silvina, salta a la vista el factor “generacional”, ya que a excepción de Gustavo Borga, todos los poetas y performers son nacidos en los 70. ¿Hay similitudes en las poéticas, búsquedas estéticas comunes, visiones parecidas del mundo? La pregunta queda retumbando en el grabador, Verónica se hace eco y de su voz resuena la primera respuesta. “Yo veo un factor común en todos nosotros, que es el uso del lenguaje. Veo similitudes en la escritura de Fabián y Carina, que de algún modo se emparentan con la mía”. Silvina, en cambio, reconoce que su escritura es “la más críptica de todas”, aunque coincide con Verónica en las afinidades entre los demás.
En cuanto a los autores que cada poeta seleccionó para ponerle voz y cuerpo, Verónica comenta que leerá a la uruguaya Marosa Di Giorgio (1936-2004) y Silvina al brasileño Paulo Leminski (1944-1989), “por afinidad también”. Acerca de los invitados, Mercadal comenta que “Paulo Cesari trabaja con una idea de lectura rítmica creando un clima a partir de un trabajo de respiración con el propio texto, mientras que Cuqui va a traer una foto-performance que realizó para presentar su último libro. Juan Pablo Amante propondrá una puesta basada en textos del poeta argentino Leónidas Lamborghini (1927-2009)”.
El final de esta nota retoma la pregunta inicial: ¿es la escritura una máscara? Y en el caso de serlo, ¿cuál es el verdadero rostro? ¿Acaso el de los “abominables espejos que multiplican los hombres”, como escribiera Borges? ¿O tal vez el propuesto por Fernando Pessoa? “Cuando quise quitarme la máscara/estaba pegada a mi cara./ Cuando la quité y me miré al espejo/ ya había envejecido”, había escrito el portugués.
Mientras tanto, los espejos siguen multiplicando a los seres. Y no se sabe con certeza cuál de las dos Verónica o cuál de las dos Silvina se subirán a escena para presentar este nuevo ciclo pasado mañana.
“La voz y la máscara”, poesía + performance en la Medioteca
El ciclo, pensado en tres encuentros, dará comienzo este martes 19 de marzo a las 20, cuando lea Mauro Cesari (Entre Ríos) junto a los autores locales Normand Argarate, Fabián Clementi y Carina Sedevich. Las actividades se retomarán el martes 26 de marzo a las 20 con la cordobesa Cuqui (presentará una foto-performance) y Gustavo Borga, Silvina Mercadal y Verónica Picco, representando poéticamente a las dos Villas. La tercera noche será la del cierre y tendrá lugar el miércoles 27 de marzo a las 20, cuando el actor de varieté local Juan Pablo Amante presente una performance de lectura basada en el poemario “La risa canalla”, de Leónidas Lamborghini. El ciclo, con entrada libre y gratuita, se llevará a cabo en la Medioteca y Biblioteca Municipal y Popular Mariano Moreno, en avenida Sabattini 40.
Biografías de locales y visitantes
Juan Pablo Amante nació en Mendoza, pero hace 10 años está radicado en Villa María. Participó en “La Comedia Universitaria de la UNVM”, con Alicia Muxo, Marisabel Demonte y Valeria Plovanich, donde consolidó una forma de acción teatral. Integró el grupo independiente “Keskesé”, artistas de teatro y varieté, y creó con un grupo de actores y músicos “Chome’s and de cul”. Coordina y produce espacios artísticos alternativos sobre tablas, radio, videos o fotografías.
Gustavo Borga nació en Villa Nueva en 1960, donde actualmente reside. Ha publicado los poemarios “Patitos degollados” (edición de autor) en 2002, “Hermoso niño rubio” (Xión Ediciones) en 2006 y “Para vos NO” junto a “Poesía reunida” en 2010, estos últimos por Ediciones Llanto de Mudo, Córdoba. Se desempeña como ferroviario en su ciudad natal.
Mauro Cesari nació en Paraná, Entre Ríos, en 1977. Publicó “El entrerrianito” (Alción Editora, Córdoba) en 2009, “Prótesis para fantasmas” (Avantacular Press) en 2010, “El fonema Mut” (Spiral Jetty) en 2011 y “El orégano de las especies” (Alción Ed.) en 2011. Tradujo a Clayton Eshleman y a Remy Charlip. Dirige para “Alción” la colección “Un lento venir viniendo”.
Fabián Clementi nació en San Francisco en 1973 y hace 10 años que reside en Villa María. Ha publicado los poemarios “Refractario” (2008), “Spectrorum” (2009) y “El salto del dorado” (2010), todos en Ediciones Llanto de Mudo. Tuvo un breve paso por el tenis profesional durante su primera juventud y desde hace más de 10 años se dedica a la enseñanza de este deporte.
“Cuqui” nació en Córdoba en 1977. Tiene escritos 15 libros de poesía y cinco de narrativa, algunos firmados como “Cuqui” y los otros con los heterónimos Natsuki Miyoshi y Karen Smith, entre los que se cuentan “Cuando explota un globo” (Ed. del Boulevard, 1999), “Lavados vaginales” (Vox, 2003) y “Actriz de reparto” (Ed. La creciente, 2004). En 2012 fue invitada por segunda vez al Festival Internacional de Poesía de Rosario.
Silvina Mercadal nació en Córdoba en 1971 y desde niña está radicada en Villa María. Ha publicado los poemarios “Nupciario (Ediciones La Creciente) en 2007, “Acuario de la morsa” (Caballo negro editora) en 2009 y “Un bosque oriental” (Alción Editora) en 2010. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba y es docente en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).
Verónica Picco nació en Río Cuarto en 1973 y vive en Villa María desde hace ocho años. Tiene tres poemarios inéditos y un libro en preparación. Está a punto de recibirse de profesora de Lengua y Literatura en el Instituto del Rosario de esta ciudad.
Carina Sedevich nació en Santa Fe en 1972 pero siempre residió en Villa María. En 1998 publicó la plaqueta “Una nube decapitada y grave” (Ediciones Radamanto, Villa María) y el libro “La violencia de los nombres” (Ediciones Fe de Ratas, Santa Fe). En el año 2000 dio a conocer los poemarios “Nosotros no” y “Cosas dentro de otra cosa” (Ediciones Lítote, Santa Fe) y en 2012, “Como segando un cariño oscuro” (Llanto de Mudo). Se desempeña como docente en la UNVM.