Será promulgado hoy un decreto firmado por el ahora obispo emérito de Villa María, José Angel Rovai, en sus últimas horas como obispo, el 25 de febrero pasado, y que institucionaliza a la Asociación Privada de Fieles “Movimiento Apostólico Ciudad de María”, tras 25 años de actividad.
El movimiento había recibido su primera recomendación canónica de parte de monseñor Alfredo Disandro hace dos décadas y media y hoy, ya legitimado, habrá una Misa en Acción de Gracias a las 11 en la Iglesia Catedral.
En este contexto, el movimiento celebró desde el viernes y hasta hoy reunidos en la Parroquia San Ignacio de Loyola, en Villa Nueva.
El padre Oscar Duarte recibió a EL DIARIO junto a otros integrantes del grupo y contó que el movimiento busca anunciar el Evangelio a quienes no son bautizados, esencialmente, “para que la salvación llegue a todos”.
En tanto, el sacerdote Víctor Dottori, dijo que la idea es “animar para que vaya prendiendo en cada parroquia y se formen grupos de oración”.
Lidia, una de las integrantes, recalcó que “somos una familia misionera y nos gusta ir a visitar casa por casa”, mientras que Oscar contó que les preocupa “las familias, a las que intentamos ayudarlas a que estén unidas”.
Lucía, por su lado, explicó que en La Rioja ya se dieron varios ejercicios espirituales dirigidos a matrimonios y jóvenes.
En la ciudad, la sede está en calle Borges 1685, en barrio Parque Norte. El grupo está llegando a cerca de 200 personas en esta provincia y en La Rioja.
Tanto en un territorio como en el otro, suelen recorrer barrios carenciados, con muchas problemáticas. “Dios nos ha llamado siempre en lugares difíciles”, advirtieron.
Consideran a la experiencia como “muy buena” y precisaron que “se aprende muchísimo”. Hay seis sacerdotes vinculados al movimiento: cuatro de Villa María, uno de San Francisco y uno de La Rioja. Y también tiene a monseñor Damián Bittar, el actual obispo de Oberá, Misiones.
Dicen que persiste la exclusión social
Consultados por EL DIARIO sobre si en estos 25 años de experiencia notaron que ha crecido la inclusión social, el padre Oscar lo negó y dijo que se evidencia la falta de trabajo. “La Iglesia no se deja engañar” en cuanto a indicadores sociales, aclaró.
Por otro lado, el cura Víctor indicó que el dolor más grande que detectan en las misiones es la desintegración familiar, a causa de separaciones. “Duele mucho al corazón y no es fácil asumirlo”, indicó.
Lucía destacó que “la desintegración familiar se nota mucho en los chicos, no sólo porque caen en su rendimiento escolar sino porque ingresan en la droga, hay soledad y angustia”.
Por otra parte, valoraron que el Papa Francisco haya dado “un espaldarazo increíble” a las misiones. “Al ser latinoaméricano tiene presente la necesidad de hacerlo, mientras Europa da como supuesto que hay evangelización”, consideró Víctor. El sacerdote remarcó que “el carisma” del Pontífice “ya está conquistando a Europa y creo que le dará un aire de impulso a la Iglesia”.