La reciente asunción del Papa Francisco fue la noticia que conmovió al país, porque el argentino Jorge Bergoglio es el primer máximo Pontífice de origen latinoamericano.
Para hablar de la experiencia del jesuita en nuestro país y otras cuestiones, EL DIARIO dialogó con el sacerdote Manuel Morales (de la Parroquia La Santísima Trinidad).
“He trabajado tres años en Buenos Aires cuando Bergoglio era arzobispo. El siempre fue cercano, compañero, atento a las necesidades de los sacerdotes”, contó.
Y en este sentido, agregó: “Creo que va a ser un gran sacerdote y pastor para la Iglesia, porque siempre fue así como se muestra hoy como Papa, porque es un hombre atento y preocupado por las personas”.
El celular
“Todos los curas teníamos su celular, lo llamábamos y a las 6 de la mañana te atendía, te escuchaba. Conozco varios sacerdotes que han hablado con él, algunos que dejaban el Ministerio y él los acompañaba, los ayudaba, les buscaba trabajo. Un hombre entero, sencillo, simple”, comentó.
El padre Morales marcó un momento que lo impactó: “El Jueves Santo cuando es el Día del Sacerdote, estaba la iglesia llena de curas y nos abrazaba uno por uno y no es que te daba un abrazo suavecito, sino que te daba un buen abrazo y yo quedaba como asustado (risas) y decía ‘cómo este hombre puede abrazar tanta gente a la vez’”.
Y añadió: “No es que haya dos caras en él, sino que es una persona coherente y auténtica”.
“Sacar ese boato”
Consultado por los desafíos que tendrá que encarar Francisco, argumentó que “pasan por sacar ese boato de monseñor, toda esa cosa clerical que tenemos nosotros, que te bese la mano, sino que es una figura que acompaña. Nos viene bien, porque es una persona que sabe acompañar al que sufre, al preso, al enfermo y al pobre”.