La coordinadora del CENMA extensión áulica del Cencar, Graciela Toscano, confirmó ayer a EL DIARIO que se abrirá una nueva división de primer año.
“No sabemos cuándo pero será en los próximos días. Se desdobla primer año, porque no hay más lugar en el aula”, explicó la profesional al ser entrevistada ayer en la sede del Cencar villanovense, donde funciona la extensión áulica del centro de Nivel Medio para adultos.
“Tenemos una súper población. Existe un primer año muy numeroso, con 73 chicos inscriptos y una lista de casi 30 suplentes”, precisó la docente.
“No tenemos ni sillas. No hay espacio en el aula para sostener esa cantidad de estudiantes”, develó.
La profesional confirmó que el número de alumnos venía en ascenso pero que luego “cuesta mantenerlos” en el sistema escolar.
El centro apunta a personas en situaciones de vulnerabilidad o riesgo. Se trabaja mucho con quienes tienen el régimen de libertad asistida y con casos judicializados. Toscano advirtió que la Casa de Medio Camino que funciona en Villa María “nos lleva a muchos chicos por año”, porque la misma no contempla el estudio de quienes allí asisten. “Funciona por la mañana y nosotros también”, graficó.
Más allá de todos estos factores, que conspiran contra la permanencia en las aulas de los adolescentes, también se da la deserción natural y la causada por los problemas familiares que presentan.
Toscano consideró que con el desdoblamiento de división “podremos brindar más contención al ser una atención más personalizada”, atento a que habrá menos jóvenes en el aula.
La novedad motivará una mudanza dentro del edificio del Cencar. La primaria (el CENPA Justo José de Urquiza) terminará funcionando en el comedor, “porque son pocos”.
“La realidad es que necesitamos una escuela nueva. Nos falta espacio en el turno mañana”, admitió.
La matrícula cae a medida que pasan los años. El segundo año tiene 20 alumnos y el tercero 15.
Hay 15 docentes y “apuntamos a una educación responsable: que surjan buenas personas nos interesa más que el contenido”.
“Estamos trabajando con ahínco en conseguir un taller de capacitación laboral” para este año, adelantó.
Análisis: Pro y contra de este cuadro
Al CENMA del Cencar concurren alumnos de entre 16 y 18 años, aunque hay casos de adolescentes de 14 y 15 años.
La fuerte matrícula que se vivencia en el primer año despierta evaluaciones positivas y también negativas en Graciela Toscano.
“Es positivo porque quiere decir que los chicos no quieren quedar fuera del sistema”, consideró. “Es bueno que estén animados al estudio”, añadió.
Como contrapartida, “es negativo que estén todos juntos en una misma aula”.
“En casos como éstos, donde hay muchos chicos en un mismo espacio, es totalmente negativo y contraproducente. El docente no llega con la voz al ser tantos”, advirtió.
La situación refuerza la idea de que es necesario contar con una nueva sede escolar.