Los cambios que se generaron en el trabajo doméstico a partir de la aprobación de la ley que convierte esa actividad en un empleo equiparable a otros previstos dentro de las leyes laborables, aún no fue publicada en el Boletín Oficial, por lo que no tiene plena vigencia.
Cabe señalar que tampoco fue reglamentada, lo que impide conocer exactamente los alcances de la nueva norma.
Hasta el momento, los especialistas en derecho laboral vienen abordando la norma en función del espíritu de la ley, que consiste en modificar las condiciones de informalidad del empleo doméstico, para convertirla en un trabajo formal.
Esto significa que debe ser en blanco, contar con aportes para la jubilación y la obra social, gozar de vacaciones pagas y tener acceso a las licencias por enfermedad o maternidad de cualquier trabajador.
Cabe señalar que si bien antes de la normativa el trabajo doméstico podía ser blanqueado, era en un régimen especial por el cual no tenía los mismos derechos que otro trabajador.
EL DIARIO consultó a funcionarios del Ministerio de Trabajo de la Nación y de la Provincia, como así también a abogados laboralistas, quienes aseguran que al no estar publicada la ley en el Boletín Oficial, no está en vigencia. Y que recién cuando esté la reglamentación, se podrá evaluar los alcances exactos de la nueva norma y por lo tanto, hacer análisis o explicarla es una irresponsabilidad.
Mientras tanto, se suceden las consultas en las oficinas laborales, tanto de trabajadoras como de empleadores; como así también en la Redacción. Una de las más repetidas es conocer si a las empleadas por hora, que van una vez a la semana a trabajar a una casa, se las debe blanquear con todos los aportes. Precisamente, éste es uno de los puntos más conflictivos de la reglamentación, dado que, según trascendió, están estudiando la posibilidad de contar con un régimen especial para garantizar la continuidad de los derechos laborales (obra social y aportes jubilatorios), aunque sea un empleo temporal. Pero hasta el momento, son estimaciones y trascendidos que se hacen hasta que la ley entre en vigencia.