El 23 de setiembre de 2011 se vivió una mañana de tensión en el barrio, luego de que el abogado del CEC, acompañado de policías, exhibiera ante una vecina la orden de desalojo firmada por el juez Fernando Flores.
Así, Mariela Buffa de Moreno y sus tres hijos vivenciaron una jornada de angustia y preocupación ante la posibilidad cierta de quedar en la calle, mientras los medios de comunicación hicieron guardia en la vereda de la vivienda, significando una fuerte presión para el gremio y para el Gobierno de Guillermo Cavagnero, que se vio obligado a hacer gestiones para buscar una alternativa.
Mariela explicó que al separarse de su ex marido, Jerónimo Fabián Moreno, se encontró con una “enorme deuda” porque éste no pagaba las cuotas del plan. Y afirmó que debió trabajar para mantener el hogar, no pudiendo hacer frente a la obligación. En esa ocasión, le ofreció 16 mil pesos al letrado del gremio, Marcelo Martín Silvano, algo que no fue aceptado.
Silvano contó que el proceso que derivó en el desalojo era de larga data y que hasta entonces la familia había recibido siete cédulas de notificación. Defendió la resolución de contrato y remarcó que el caso tenía años.
Ese día quedó en suspenso el desalojo ante la presión mediática y días después hubo un acuerdo que llevó a que no quedaran en la calle. Mariela continúa en este sector.