“El golpe cívico militar de 1976 se instaló violentamente en el país con un proyecto perfectamente estructurado, de dominación económica, política y cultural en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional.
El sistema represivo imperante cubrió todos los ámbitos de la vida de los argentinos, las fábricas, las calles, las escuelas, las universidades, los sindicatos, las canchas de fútbol, los medios de comunicación, ningún espacio quedó libre para pensar o para actuar, todo estaba sigilosamente vigilado y controlado.
El poder militar buscó sembrar el terror como una amenaza permanente para reducir a la población en su conjunto al silencio y la inmovilidad, el propósito era frenar toda resistencia al régimen y someterlas mansamente a los designios de la dictadura.
Sin embargo los sectores populares, con estrategias para el momento, se alinearon nuevamente para recuperar los espacios de intransigencia y la validez de la lucha por los derechos humanos, con la convicción, de que la política de los derechos humanos es irrenunciable.
Desde siempre se trabajó para profundizar la Memoria, buscar la Verdad y la Justicia, una memoria no para quedarnos en el pasado, sí, una memoria que ilumine el presente para cambiarlo democráticamente y generar nuevas posibilidades de vida, de trabajo, de educación, de convivencia para el futuro, en la que los derechos sean el marco de toda construcción democrática.
Fue así que mediante la lucha de estos 37 años, las organizaciones de derechos humanos y sociales, fueron adecuando las acciones a una realidad cambiante, que obligó a incorporar la defensa y la promoción de los derechos fundamentales en el marco ético de su aplicación....
... La recuperación de la democracia y su profundización, ha sido y sigue siendo una de las tareas del conjunto de la sociedad y más allá de las diferencias ideológicas y políticas, el camino que hemos elegido, nos obliga a peticionar a quienes tienen la responsabilidad política de cambiar las situaciones de injusticia que aún persisten, como la necesidad de:
a) Esclarecer los crímenes que aún están impunes en la ciudad y en el país.
b) Exigir a la Justicia el compromiso de ahondar las investigaciones para terminar con estos hechos que violentan los derechos de las personas.
c) Exigir una política coherente para recuperar la dignidad de los pueblos originarios.
d) Derogar el Código de Faltas, por ser un instrumento de persecución a los jóvenes.
e) Exigir la liberación de los detenidos de la pueblada de Corral de Bustos.
f) Esclarecer los delitos viales.
g) Repudiar toda norma que reprima y limite la libre expresión de los organismos de derechos humanos y sociales”.
El acto de anoche contó con la participación de Quijotada y la actuación del grupo La Tusca.
Al final, se mencionó el nombre de cada desaparecido de esta ciudad, a lo que los asistentes respondieron con el grito de: “Presentes”.