“No importa si un proyecto es del oficialismo o de la oposición, lo que importa es que sea bueno para la gente.”
Esa es una de las principales conclusiones que tiró la ex edil justicialista Ana Becerra al dialogar con EL DIARIO sobre las deudas de la democracia.
“Cuando uno mira para atrás y ve que han pasado 30 años, detecta que a pesar de los miedos iniciales, muy lenta y duramente caminamos y hemos avanzado... hemos avanzado y vivido como hemos podido”, señaló en su charla con este matutino.
“Nos han pasado muchas cosas en estos 30 años. Primero se produjo el juicio a militares en la época de Alfonsín, posteriormente se dio toda una historia de encuentros y desencuentros, modelos políticos que funcionarios algunos y otros no tanto y la llegada de 2001, que fue durísimo para nosotros en una democracia todavía inestable en la que nos costaba mucho avanzar”, repasó.
Y tras pensar un rato, remarcó: “Hay deudas internas y sociales, indudablemente. Hemos podido avanzar en un nuevo sistema que se ha afianzado con los años pero creo que todavía falta una parte social que cubrir”.
Becerra consideró que “nos falta confiar más en nosotros mismos, en nuestros adversarios, cuesta discutir cara a cara con alguien que no piensa igual que nosotros y lograr que la discusión llegue a buen término, sin que sea una pelea”.
Recordó como “magnífica” su experiencia como edil, primero desde la oposición y luego desde el bloque del partido gobernante. “Pudimos construir un modelo de Villa María que nosotros soñábamos desde el justicialismo”. Sin embargo, aclaró, “siempre falta”.
“Nos falta fundamentalmente mirarnos a nosotros mismos y construir un proyecto propio, verdadero. Entender que los consensos existen y que se puede construir desde el mismo”, resaltó.
La ex concejala reflexionó luego: “Fundamentalmente, la democracia es el día a día, es la disposición, el estudio, el trabajo y trabajar en proyectos que nos sirvan a todos. Cuando un proyecto es bueno no importa si es de la oposición o no, lo importante es que sea bueno para la gente”.
“Nos falta mucho, pero hemos caminado 30 años”, añadió.
Más tarde, disintió con quienes acusan al kirchnerismo de atentar contra la calidad institucional y las instituciones democráticas. “Todos nos tenemos que hacer cargo y asumir los roles que nos han tocado en cada uno de los momentos. Es histórico que se construye desde el poder. No es bueno echar culpas, cuando echamos culpa a un sector estamos tratándonos de liberar de nuestros espacios de poder y hay que recordar que la oposición también es Estado”, consideró.
“Siempre se culpa al que está gobernando, pero gobierna tanto el que ha ganado las elecciones como el que pierde, obvio que el rol de la oposición es el rol de control de gestión y acompañamiento. Nos vamos a seguir equivocando si echamos culpas”, concluyó.
Por su lado, el ex presidente del Concejo Deliberante, el accastellista Javier Suppo, rescató a la democracia “como un sistema de vida que hemos elegido los argentinos”.
“Su elección no tiene discusión, está consolidado y bajo ningún punto de vista está en riesgo, ahora hay que apuntar a fortalecer la vida democrática”, instó.
“Como deuda está el debate permanente, la discusión de ideas, el reconocimiento de la voluntad política de darle continuidad a las políticas buenas de un gobierno y que éstas continúen de uno al otro independientemente de su signo”, opinó.
Valoró que “se esté dando una fuerte política de la Nación en defensa de los derechos humanos, en relación a la inclusión, a la igualdad” y dijo que esto debe ser sostenido en el tiempo.
“Apuntamos a mayor calidad institucional, mayor debate, mayor discusión y compromiso, a actos de gobiernos claros y transparentes y que permitan a la clase dirigencial una mayor apertura a los ciudadanos.”