El campo de La Ribera, ex Centro Clandestino de Detención (CCD) y tortura ubicado en el sudeste de la ciudad de Córdoba, empezó a funcionar en diciembre de 1975, cuando ya estaba intervenida la provincia, es decir, que las operaciones ocultas fueron previas al último golpe militar de 1976. “El campo de La Ribera es el último espacio de la memoria que se abre en marzo de 2010”, precisó Lucía Capriotti (psicóloga villamariense que trabaja en La Ribera) a EL DIARIO. 

Este es uno de los tres espacios, junto a La Perla y la Ex D2, donde funciona  el Archivo Provincial de la Memoria, que depende  administrativamente de la Subsecretaría de Derechos Humanos, que responde al Ministerio de Justicia de la Provincia. Pero desde lo político, los tres espacios tienen vinculación directa con la Comisión Provincial de la Memoria, que está integrada por un representante de cada uno de los organismos de Derechos Humanos (uno del Poder Legislativo, otro del Poder judicial, uno del Poder Ejecutivo y un representante de la Universidad Nacional de Córdoba).

 

 Presupuesto

 

“Este año y el pasado no pudimos hacer actividades porque no tuvimos presupuesto desde la Provincia. Nosotros cobramos los sueldos, pero nos están adeudando desde 2011 en la partida destinada a las actividades”, explicó Capriotti, en referencia a las acciones para el 24 de Marzo (Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia).

En este sentido, siguió puntualizando: “Del presupuesto 2011, nos adeudan 600 mil pesos, aunque era de 900 mil, pero se redujo porque el 24 de Marzo siempre aparecen con algo”. Además, dijo que la deuda -desde 2012 hasta estos días- del Gobierno provincial para los tres espacios de la memoria superaría los $2.500.000.

“Como no tuvimos presupuesto para este 24 y también para demostrar lo que es la situación, porque llega esta época y hay plata, pero ya no podemos sostener otras actividades durante el año, entonces la única actividad que se hizo fue el acto en la escuela (el viernes 22 de marzo), donde se invitó a los familiares de la gente que pasó por acá, sobrevivientes y la comunidad en general, porque es un acto abierto organizado junto a la escuela”, subrayó. En campo de La Ribera también funcionó una escuela, además de tener un pasado como cárcel militar y Centro Clandestino de Detención.

“Pero por suerte, los otros espacios (La Perla y el Archivo) pudieron armar una agenda de actividades porque ellos tienen cuestiones edilicias ya resueltas desde antes. En cambio, nosotros tenemos un problema edilicio muy grave y los fondos que llegan son para emparchar estas cosas y para el mantenimiento de los espacios verdes del predio y limpieza de los edificios, porque no tenemos nombrado a todo el personal”, comentó.

Con respecto a la escuela que funcionó en La Ribera, afirmó que “no está más en este edificio, sino en el predio militar -de la Provincia-, que está muy cercano a nosotros. Lo mismo tenemos mucha vinculación, o queremos tenerla, porque son parte de la historia del lugar, porque creemos que hacer memoria también es recordar el trabajo de la escuela, además de lo del Centro de Detención”.

Volviendo a la situación del personal en campo La Ribera, la villamariense aclaró: “Todos los trabajadores de los tres espacios de la memoria, que somos alrededor de 65, estamos contratados, por lo cual no podemos pensarnos con continuidad en el lugar, aunque todavía no le han bajado el contrato a ninguno. Los únicos de planta son los tres directores”.  

En esta línea, señaló que en el campo de La Ribera iban a designarse 18 personas, pero por el momento son sólo 10. “Y nos acompañan  seis personas de la Secretaría de Derechos Humanos que trabajan en el lugar; la mayoría son ex presos políticos que quisieron trabajar en espacios de memoria”, remarcó.

 

Origen

 

“Para abrir este lugar llevó mucho tiempo de organización, no sólo de los organismos de derechos humanos, sino que en esta zona tanto los vecinos y los profes de la escuela se organizaron por una escuela nueva. La segunda medida fue hacer con este espacio un lugar de memoria y lucha por los derechos humanos”, contó Lucía.

Y añadió: “Tiene una historia muy rica porque participaron muchos actores y gracias a todo esto, se pudo organizar este lugar”. 

Dejó en claro las diferencias con los otros dos espacios:  “La Perla (cercano a Malagueño) está alejado y escondido, no había gente que custodie el lugar, y la EX D2 está en un lugar céntrico de la ciudad, que fue a su vez muchas cosas (estuvo la Policía y fue Centro de Detención). Es decir, que en estos dos lugares no hay un sentido de pertenencia como en campo de La Ribera”. Este está rodeado por barrios tradicionales de Córdoba, como son el Müller, el Maldonado y San Vicente.

“A partir de 2003-2004 es que se empieza a pensar que las escuelas se tenían que trasladar; se organiza bien la red y se comienza a trabajar,porque esa es la condición original, ya con los chicos en su escuela, poder pensar este espacio de memoria. Entonces, además de ser un lugar de homenaje, iba a ser un lugar con una parte muy fuerte en la comunidad que es muy vulnerable, con mucha desocupación y precarización laboral, porque traer un museo, como generalmente lo  llaman, no iba a durar mucho y no iba a tener razón de ser”, indicó.

Cuando se abrió el espacio se buscaron dos tipos de perfiles. Uno que tuviera que ver con lo comunitario y otro en relación a los delitos de lesa humanidad y lo sucedido en la dictadura. “De ese modo se armó el equipo, aunque estamos medio rengos porque falta gente, pero tratamos de hacer actividades con los barrios más cercanos, aunque sin olvidarnos de que es un espacio para ver, donde las escuelas pueden participar de las visitas guiadas”, invitó.

“En la actualidad nosotros hacemos hincapié en trabajar con la comunidad a través de talleres de cerámica para jóvenes y mujeres, obras de títeres, teatro, aunque la idea es ampliar esto. Otro de los proyectos es ‘Jóvenes y memoria’, que en La Plata hace 10 años que lo están haciendo y nosotros ahora lo replicamos en Córdoba, con chicos del Nivel Medio. No sólo se trabaja sobre el pasado reciente de la última dictadura, sino que también con la guerra de Malvinas, la discriminación, la violencia, donde los chicos eligen hacer una revista, un audiovisual. Los jóvenes se enganchan porque las temáticas son amplias. Por ahora, se trabaja con los escolarizados, pero tenemos pensado integrar a jóvenes de otras organizaciones”, detalló.

 

Centro Clandestino

 

Las operaciones del Centro Clandestino en el campo de La Ribera también forman parte del proceso judicial actual, en la megacausa La Perla. “Lo importante es que en los juicios de La Perla se han unido dos causas referidas al campo de La Ribera, porque el Comando Libertadores de América hacía aquí sus tareas. Creo que gente del Casino de Carlos Paz y de varias empresas los traían acá para hacer las averiguaciones sobre gente que andaba ‘en algo raro’”, recordó.

Sobre la protección de testigos durante el juicio, aseguró: “Somos el único sitio de memoria del país que no tiene una persona designada para proteger a los testigos, porque hay un cuerpo de la Policía que está capacitado en este temas, que lo tienen HIJOS,  Abuelas, el Archivo y La Perla”.

 “Por más que sea una zona complicada, porque tenemos actos vandálicos o de roturas de cosas, por suerte nunca pasó nada, pero pasa. Por eso, más en este momento, reivindicamos este reclamo”, exigió Capriotti, en relación al pedido de un policía que cuide a los testigos.

 

La Ley 9.286

 

La Ley 9.286, denominada Ley de la Memoria, fue aprobada por unanimidad en marzo de 2006 por los legisladores de Córdoba (D2). 

 La Ley de la Memoria contempla entre sus objetivos principales “La preservación de las instalaciones edilicias que funcionaron como Centros Clandestinos de Detención o hubieran sido utilizadas por el terrorismo de Estado, garantizando el libre acceso del público como testimonio de ese accionar”.