Mirada joven sobre el tránsito
Me dirijo a ustedes para despertar la reflexión y la acción de lo que cada uno considere más apropiado para ayudar a corregir imperfecciones que tiene nuestra bella ciudad.
Actualmente hemos llegado a lo que considero punto máximo de inflexión. Que atenta seriamente la soberanía de la “autoridad municipal”, arrastrando consigo la autoridad de la Policía de la Provincia; en cuanto a tránsito se refiere.
Aunque personalmente sé ve bien distinguir entre la función de unos y de otros. Y las órdenes que claramente cumple cada uno.
Sé que no soy iluminado ni especialista en el tema; porque lo que sucede en esta ciudad es claramente turbio. Soy un simple ciudadano que siento me toca plasmar lo que todos vemos a diario a un escrito.
Villa María es el hito de la mala conducción vial en la provincia y anhelo no estar quedándome corto; aunque no lo puedo asegurar. La situación de esta ciudad, es algo más que desastrosa.
Al transitar por sus calles, se advierte inmediatamente los guiños y balizas se consideran opcionales a la hora de indicar un respectivo movimiento, que los carriles de velocidad están invertidos, etcétera.
Lo cual hace que uno se vea obligado a sobrepasar por la derecha o bien acercarse al siguiente auto, tocar bocina y hacer señas de luces por, por lo menos una cuadra, hasta que la persona entienda que está circulando de manera inapropiada. Si es que esto se logra entender, siempre corriendo el riesgo que se enoje y termine en una discusión, o a veces en algo más. En fin, tensionando la vía pública por trasladar los roles.
Un conductor no es la persona que debe corregir o enseñar la correcta conducción vial. Simplemente se debe limitar a conducir correctamente.
La solución a este problema es clara y “efectiva” según allegados al municipio. ¡Semáforos! “Controles” y “lomos de burro”.
Semáforos: de led con números indicativos de la espera, íconos de la abundancia de la ciudad, vistosos monumentos a la acción de la Secretaría de Tránsito de la ciudad. Aunque descoordinados entre sí lo que ocasiona que la distancia recorrida por minuto dentro de esta ciudad sea, con suerte, de un tercio (1/3) de la de urbes 17 veces más pobladas. Como la cercana ciudad capital de Córdoba (la 2º ciudad más poblada del país después de Buenos Aires.).
Ocasionando, además, un fenómeno de aceleraciones y/o frenadas bruscas por la intención desesperada de los conductores de agilizar su viaje; tratando de llegar al siguiente semáforo cuando aún está en verde.
Lo que genera que en ciertas cuadras se halle la mayoría de los vehículos circulando de 50 a 65 kilómetros por hora aumentando el riesgo de peatones que pretendan cruzar la calles.
Controles: que en lo cotidiano, en la calle, se conoce como “controles para recaudar” o expresiones como “mirá, salieron a recaudar”. Porque son mega operativos que controlan sólo una documentación o condición (ya sea, cinturones, cascos, seguro, etcétera) que realmente no controlan nada y se limitan a llevarse vehículos y/o labrar actas muchas. Que luego, cuando uno se llega al Tribunal de Faltas, se encuentre con el “consejo” de las personas de atención al público del mismo: “Mirá, el pago voluntario tiene 25% de descuento, mientras que el descargo es la totalidad de la multa y se le agrega los honorarios del juez; yo te aconsejaría que hagas el pago voluntario”. Dándose por hecho que no se va a aceptar el descargo, ya que la intención y las órdenes son una. Que, de hecho, es lo que sucede.
Pareciera que los encargados de Tránsito de la ciudad “cursaron sólo una parte del curso”. Si es que se dicta curso. Desconozco.
Porque no le explicaron que los semáforos son instrumentos para agilizar el tránsito en lugar de frenarlo.
Pero para ello se deben coordinar, que es simplemente como están diseñados e instalados en todo el mundo; incluyendo las ciudades más cercanas.
Y que ello consiste en tener una sola caja sincronizadora por calle principal. Que actualmente ni si quiera deben unificar el cableado porque existe ya la tecnología inalámbrica.
Porque no saben que es más efectivo tener personas (o pequeños operativos) en lugares estratégicos de la ciudad que corrijan acciones de las más cotidianas como las anunciadas al comienzo de esta carta.
Porque el conducir correctamente es parte de transitar correctamente y no consiste en carné de conducir, seguro al día, ITV, etcétera. Papeleo, en fin. Hay que saber dirigirse por las calles.
Porque me parece que los lomos deben ser para disminuir la velocidad en “…zonas peatonales, escuelas o centros de gran afluencia peatonal.
Tienen análoga naturaleza que los pasos de peatón elevados.
Generalmente, por el peligro que supone, está avisado previamente por la correspondiente señal de tráfico acompañada de una limitación de velocidad que desaparece con el peligro anunciado.” [según Wikipedia].
Además que deben estar dimensionados para que no dañen el vehículo a velocidades normales de circulación.
Porque para agilizar el tránsito hay que ir primero a lo más grueso y no limitar las actividades recreativas y/o deportivas de los ciudadanos.
Aunque con declaraciones como estas: “En este aspecto, dijo que la patineta “no es un medio de transporte, sino un elemento de práctica deportiva”, y afirmó que “no pueden andar en las calzadas”.
Recalcó que será el espacio que se construye al costado de las vías del ferrocarril, entre Tucumán y San Luis, “el lugar específico”.”[Rafael Sachetto] poco hay para discutir.
Personalmente he optado por circular mayoritariamente en bicicleta, evitando algunos disgustos y ejercitando mi salud.
Con intención de ser reflexiva y constructiva esta crítica. Agradecido por el tiempo dedicado. Los saludo con cariño.
Pons Valentín
DNI: 35.505.303
Estudiante