Casi sin despeinarse, y sin apiadarse de su rival, los “Diablos Rojos” golearon al millonario villamariense, a pesar de que el equipo de Bengoa intentó jugar por momentos evidenciando una leve mejoría con respecto a los partidos anteriores. La practicidad, la experiencia y la efectividad fueron las tres armas con las que el visitante vapuleó claramente a un River que todavía no sumó en el campeonato.
En un arranque impreciso, Yrigoyen mostró un poco más de claridad, pero el local interrumpía constantemente y con seguridad las jugadas por intermedio de Sánchez, Barengo y Arce.
Sin embargo, cuando parecía que River comenzaba a jugar “su partido”, el balón cayó en los pies de Leandro Grosso quien sólo atinó a fusilar a Bertoleth para decretar el inesperado 1 a 0.
Después del gol, amonestaciones innecesarias y remates sin sentido desde mitad de cancha reflejaron claramente el nerviosismo de los jugadores locales quienes no pudieron mantener la calma a pesar de que quedaba mucho tiempo por jugar.
El complemento, en tanto, se quebró definitivamente a favor de la visita tras la expulsión infantil de Juan Cruz López por “hablar de más” y el ingreso de Elián Geremía.
En la primera pelota que tocó el atacante tiopujiense, luego de un gravísimo error de Facundo Marín, marcó el 2 a 0 con un remate al ángulo, y segundos después, Bertholet le cometió penal al atacante. No obstante, el arquero se redimió al atajar el flojo remate desde los 12 pasos de Marín.
Igual, a los 34 minutos, el interminable goleador puso cifras definitivas en el marcador luego de hacer una exquisita pared con Geremía.