En la vieja tintorería de calle Corrientes, en la cual creció, Alejandro López transpira cada día al vapor de las máquinas; quizás para que se cumpla el precepto bíblico de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Pero no sólo de lavar trajes vive el hombre, sino que también supo abrazar como medio de vida una de las cruzadas más peligrosas que existen en la ciudad: llevar adelante la revista cultural Compartiendo durante diez años.
Pero muy a pesar de los “oficios terrestres” que realizó en su vida, de su intento por ser concejal, la vocación central en la vida de Alejandro López es la prédica evangélica. Es por ello que desde hace 35 años se convirtió a la Iglesia Evangélica Pentecostal “Hermanos Libres”, gracias a un misionero norteamericano que estuvo parando un tiempo frente a su casa paterna, es decir, frente a la actual tintorería.
“Me hice amigo de ese predicador a los 17 años y empecé a concurrir a las reuniones. Ahí conocí a Nuestro Señor Jesucristo”, dice con simpleza. Pero quizás lo más importante en la vida de Alejandro, amén de aquella conversión de hace 35 años, de su casamiento de hace 32 y de sus tres hijos, ocurrió hace dos años, cuando fue elegido “anciano” en la iglesia de barrio Rivadavia, donde ahora oficia su ministerio.
Iglesias hermanadas
-¿Qué significa la Pascua para los evangelistas?
-Lo mismo que para los judíos: una fiesta de liberación. Pero para quienes nos decimos cristianos, la Pascua que celebró Jesús significa, además, el cumplimiento de aquella profecía judía, la que Dios le hizo a su pueblo al prometer la venida del Mesías y que ellos aún no reconocieron.
-¿Hay alguna celebración especial en tu iglesia para estas fechas?
-No hay una liturgia especial, porque cada iglesia puede celebrar la Pascua a su manera. En el caso de nuestra congregación vendrá un predicador invitado de Santa Fe, que es el señor Roberto Zárate. El va a tener el ministerio del sábado y el domingo vamos a cantar himnos de resurrección.
-¿En qué se caracteriza una iglesia evangélica pentecostal?
-Toda iglesia evangélica pentecostal es un desprendimiento de Lutero, o sea una división con la Iglesia Católica. Fuera de eso, creemos en Jesús como salvador como todos los cristianos. En cuanto a los ritos, los más importantes son la reunión de oración de los martes y la cena del señor del domingo, donde ponemos vino y pan en la mesa y lo compartimos como propuso el apóstol San Pablo, que cita a Jesús diciendo: “Hagan esto en memoria de mí”.
-¿Qué diferencia hay entre Hermanos Libres, Visión de Futuro, Asamblea de Dios o Iglesia Universal?
-Nos sentimos hermanados con todas las iglesias pentecostales que nombras, excepto con la Iglesia Universal que no es pentecostal y que, te lo digo y me hago cargo, es absolutamente diabólica. Esa iglesia toma versículos sacados de contexto y los usa de pretexto con el fin de sacarle plata a la gente. En este sentido, retoma lo peor de la Católica en tiempos de la Reforma, cuando vendían indulgencias a la gente. Lo que hacen, no tiene nombre.
-En Villa María hay siete iglesias evangélicas pentecostales con unos cuatro mil miembros. ¿A qué se debe ese aumento en los últimos tiempos?
-Eso responde a un plan de Dios que uno no conoce, pero desde mi visión humana te puedo decir que hubo un momento en que la Iglesia Católica no estudiaba la Biblia, que el sacerdote era ajeno a la gente, que se había perdido la parte pastoral y también la credibilidad. La Iglesia Evangélica, en cambio, acompaña más a las personas, realiza estudios bíblicos y por eso sus miembros son más participativos. Pero últimamente la iglesia estuvo cambiando mucho. Y ni hablar de lo que pasó en los últimos días con la elección de monseñor Bergoglio. A nosotros no nos toca como iglesia, pero yo me sentí halagado como argentino.
-¿Qué versículo recomendarías para esta Pascua?
-Uno muy conocido: Juan 3, 16, que dice: “Porque tanto amó Dios al mundo que le dio su unigénito Hijo, para que todo aquel que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna”. Y eso significa que hay que hacer un cambio. Y el cambio, siempre, es volver a Dios.
Iván Wielikosielek
Especial