La causa Malvinas no comienza el 2 de abril de 1982. Comienza hace 180 años cuando los piratas ingleses usurparon el archipiélago austral. Desde entonces, y aún antes, se lucha por la soberanía argentina en Malvinas. Dos hechos fundamentales jalonan esa lucha, protagonizados por compatriotas de carne y hueso. Por hijos de nuestro pueblo y de nuestra Patria.
El primero, ocurrió durante el mismo año de la usurpación pirata, en 1833, cuandoel gaucho Antonio Rivero con un grupo de peones pasa a degüello a los ingleses que habían invadido las islas, arrían la bandera pirata e izan la celeste y blanca.
Es el mismo gaucho Rivero quien años más tarde moría combatiendo a ingleses y franceses en la Vuelta de Obligado.
El otro hecho central en la lucha por la defensa de la soberanía en Malvinas fue el protagonizado por un grupo de jóvenes, en 1966, que al mando de Dardo Cabo desvió un avión haciéndolo aterrizar en suelo malvinense y, bajo ese cielo flameó, por 36 horas, la insignia Patria.
Lo ocurrido el 2 de abril de 1982 es otra cosa. Fue el manotazo de ahogado de la dictadura oligárquico-militar que pretendía perpetuarse en el poder tras haber torturado, violado, fusilado, a miles y miles de militantes populares y haber arrodillado a la Patria ante los centros de poder internacionales. ¡Qué lejos estaban esas fuerzas armadas de aquellas construidas por el general San Martín y por Manuel Belgrano, nutridas de pueblo y en defensa del mismo pueblo y de la nacionalidad! O de aquel improvisado Ejército de puro pueblo que repelió a los piratas ingleses en los intentos de la primera y segunda invasión en 1806 y 1807.
Así como repudiamos a quienes condujeron estratégica y tácticamente esa aventura bélica en 1982, reivindicamos a nuestros compatriotas que combatieron en Malvinas. En particular a los soldados conscriptos que, en muchos casos, ni siquiera contaban con el más mínimo entrenamiento militar y soportaban, incluso, el desprecio y hasta el vejamen de sus propios jefes.
Hoy continuamos aquella lucha contra el invasor inglés.
La grasa hirviente de 1806 y 1807, el filoso facón del gaucho Rivero, el coraje del general Mansilla en la Vuelta de Obligado, el patriotismo sin límites de Dardo Cabo y el sacrificio infinito de los ex combatientes de 1982 están acá, entre nosotros. Hoy, con otros métodos de lucha. No pretendemos ningún conflicto bélico, bregamos por la paz. Pero también aseguramos que en nuestro espíritu, en nuestros corazones y en nuestra sangre, anida la decisión inquebrantable de recuperar Malvinas y demás islas del Atlántico Sur, porque es un mandato que nos viene desde los albores mismos de la nacionalidad.
Cristina, nuestra presidenta, nos señala el camino. La inmensa tarea que desarrolla en torno a la recuperación del archipiélago malvinense está dando sus frutos. Por eso la causa Malvinas es ahora, también, la causa de nuestra América, Africa y pueblos hermanos de todo el mundo.
Exigimos que detengan el saqueo a nuestros recursos naturales y repudiamos la militarización de Malvinas.
Reivindicamos las políticas llevadas a cabo por el Gobierno nacional y popular y los países hermanos de nuestra América y pueblos hermanos de todo el mundo.
Debemos continuar con los bloqueos a los buques ingleses que se dirigen a las islas y profundizar las medidas si persisten en obturar el diálogo.
Las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur fueron, son y serán argentinas.
¡Malvinas volveremos! ¡Patria sí, colonia no!
JP Kapiango - 26 de Julio- La Gloriosa JP - PCCE - JP Pucará