Herido y complicado tras la derrota del pasado domingo, ante Racing de Córdoba, el plantel de Alumni volverá a entrenar hoy pensando en “cambiar el chip” para hilvanar dos buenos resultados que le permitan permanecer en el Argentino A.
La derrota caló hondo en el corazón del hincha fortinero, pero también en el seno del club. No obstante, en el plantel y el cuerpo técnico no es la excepción.
“Sentimos un dolor enorme, vergüenza”, dijo el propio entrenador Héctor Arzubialde después de la derrota. Mientras, en los vestuarios, el ambiente se cortaba con un hilo, con un altercado entre jugadores, propio de lo que acababan de padecer en la cancha.
El caso es que Alumni necesita levantar y, para ello, deberá hacer lo que no pudo en todo el año: ganar en condición de visitante, una de las grandes deudas. Encima, deberá hacerlo el próximo domingo nomás, ante Guaraní Antonio Franco, uno de los que mejor promedio tiene en condición de local.
Guaraní era el equipo que Alumni debía alcanzar en la tabla para no quedar condenado a jugar el Repechaje contra el penúltimo de la Zona Sur. Pero el elenco villamariense, que había comenzado bien la Fase Reválida, con un triunfo sobre Tiro Federal, en Plaza Ocampo, sumó ante Racing su segunda derrota consecutiva.
En síntesis, mientras Guaraní (el antepenúltimo en la tabla general) y Racing (el último) lograron cuatro unidades en los recientes dos partidos disputados, Alumni no sumó. De ahí que, de soñar con zafar de todo y pelear arriba en la fase Reválida, el equipo pasó al difícil momento de ganar para salvarse del descenso directo, aunque esto quizás no alcance si Racing, que está un punto abajo y tiene un partido menos, gana los tres encuentros que le restan: de local ante Central Córdoba, de visitante de Tiro y de local de Central Norte.
Arzubialde fue claro cuando dijo que todavía confía en sus dirigidos y espera que, después de dos derrotas, el equipo logre dos victorias (ante Guaraní, en Posadas, y Libertad, en Plaza Ocampo), algo que nunca pudo, no sólo en este campeonato, sino también en la temporada anterior.
Alumni sabe de zafar de milagro. Lo hizo en el último certamen, cuando necesitaba ganar en Rosario (ante Tiro) y dependía de un resultado ajeno para no descender directo. Después pasó con éxito la Promoción, ante Deportivo Roca de Río Negro. Y fue nada menos que la tercera promoción consecutiva que ganaba la formación fortinera.
Este año, el nuevo formato del fútbol argentino ya no cuenta con promociones entre clubes de diferentes categorías, entonces la obligación pasa por salvarse entre pares.
Con bajas
Como le sucedió en casi todos los partidos, Arzubialde tendrá bajas para el duelo que viene, ya que no podrá contar con el volante Alejo Gelatini, quien si bien jugó mal ante Racing (como el resto del equipo), es una de las piezas más importantes.
Además, el cuerpo técnico deberá evaluar la situación de Esteban Canelo, quien se retiró lesionado y a los pocos minutos de juego ante la “Academia”.
Mientras, el DT no podrá disponer del delantero Víctor Rena, quien no se recuperó de un desgarro y recién podría reaparecer en caso de que Alumni dispute el Repechaje, es decir, dentro de cuatro semanas.
Uno de los que está en condiciones de reaparecer es el atacante Matías Espíndola, quien fue expulsado en Salta, ante Central Norte.
El plantel volverá a trabajar hoy por la mañana, en el predio del club. Y allí, seguramente, Arzubialde tratará de poner la inyección anímica dentro de un grupo que quedó golpeado y que, sabe, jugó muy mal el partido donde mejor tenía que jugar.