En un manto de neblina
llora mi Argentina.
En un manto de neblina
lloran tu madre y la mía.
Corría el año 82 y se avecinaban
días grises y difíciles en mi país.
Comentarios de un lado hacia el otro
como si ellos mismos buscaran la verdad
para enfrentar a una fuerza imperial.
Allá en el Sur, inquietos y heroicos soldados,
con el correr de aquí para allá
acomodando lo mucho o lo poco
del material bélico del momento.
Allá, en Puerto Argentino.
Pero muchos de ellos, ya en Pradera del Ganso
en sus cuevas de barro y trincheras,
agazapados ¡pobrecitos! cerca de la turba verde,
maloliente y húmeda,
casi ya sin respirar.
El hambre golpeando día a día,
sus estómagos y vísceras gimiendo
por un pedazo de pan, no más.
Otros, ya entre la bruma del mar
como buscando las palabras
¡Verdad o Libertad!
Desde el cielo aparecían
fantasmales y afamados guerreros
dejando solo una estela
entre el espacio y el mar rugiente,
de agua salobre... sangre... muerte.
Quiénes levantarán los laureles de la gloria
en los campos de batalla, en el cielo o en altamar.
Si no son ustedes mismos
Soldados Argentinos.
¡Cómo no recordar sus muertes!
La Marcha de San Lorenzo
con su Febo asoma;
Aurora, alta en el cielo
como una águila guerrera
como un águila...
como un...
¡Por ausente, por vencida! Malvinas
No serás nunca la perdida
perla austral de mi Argentina.
F. P.