Después de cinco años de transitar diferentes instancias procesales, será ventilada en juicio oral y público una causa penal que se le sigue al intendente de Etruria, Héctor Mario Baravalle, a raíz de una riña que mantuvo con un vecino de esa localidad, quien también será juzgado en la Cámara del Crimen de Villa María.
Tanto el mandatario etruriense como el coimputado Jorge Pedro Goroso deberán sentarse en el banquillo de los acusados por un hecho de “lesiones leves recíprocas” ocurrido el 19 de marzo de 2008 en un predio comunal donde se estaba construyendo la sede del Archivo Municipal.
Si bien el delito que se les atribuye tiene una pena que va de un mes a un año de prisión y por ende es excarcelable, Baravalle podría llegar a ser destituido si la Justicia lo declara culpable, por lo cual este proceso adquiere una relevancia política que excede lo estrictamente jurídico.
Por lo pronto, sólo falta que el camarista René Gandarillas fije la fecha de realización de la audiencia de debate, aunque se estima que la misma se llevará a cabo a fines de abril o durante los primeros días de mayo.
Recientemente, el abogado local Luis Caronni, defensor de Goroso, fue notificado de que la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la provincia había rechazado un recurso de casación presentado por el letrado que patrocina a Baravalle, Cristian Barbero.
Al no hacerse lugar al planteo de la Defensa del intendente, el expediente fue remitido nuevamente a la Cámara del Crimen villamariense para que se sustancie el proceso oral en fecha a determinar.
Todo el proceso
Cabe señalar que la causa había sido elevada a juicio inicialmente el 6 de setiembre de 2010, pero para evitar sentarse en el banquillo, el intendente de Etruria solicitó la “probation”, o suspensión del juicio a prueba, que poco después fue rechazada por el fiscal Francisco Márquez por la condición de funcionario público del imputado.
Fue entonces cuando Barbero recurrió en casación ante el TSJ por entender que su cliente no había protagonizado el incidente mientras desempeñaba su actividad funcional, algo que el máximo tribunal de la provincia desestimó al fundamentar la resolución.
“Al momento del hecho, el imputado Baravalle se encontraba ejerciendo funciones propias de la Intendencia que inviste, más precisamente inspeccionando una obra pública en el predio de la propia Municipalidad y ultimando detalles de su construcción con los trabajadores”, señaló la presidenta de la Sala Penal del TSJ, Aída Tarditti, postura a la que adhirieron las vocales María Esther Cafure de Battistelli y María de las Mercedes Blanc de Arabel.
El fallo del tribunal añade que cuando Baravalle realizaba aquella tarea de inspección “se presentó el vecino Goroso, increpándolo por una obra atinente al tránsito de la localidad que habría provocado daños a su propiedad, suscitándose el intercambio de agresiones que causaron las lesiones leves que registraron ambos”.
Insultos y golpes
Según la requisitoria de elevación a juicio dictada por el fiscal Gustavo Atienza, “en circunstancias que el imputado Héctor Mario Baravalle se encontraba en el predio de la Municipalidad, más precisamente en el sector donde se construye un depósito para el Archivo Municipal, intempestivamente se le interpuso el imputado Jorge Pedro Goroso, quien a viva voz le diría al encausado Baravalle: ‘Negro de mierda, caradura, culpa tuya se me está partiendo la casa’, refiriéndose a una lomada que está ubicada en el acceso sur y próxima a su domicilio”.
El fiscal añadió que “tras ello, se le aproximó el encausado Goroso y le habría aplicado un golpe de puño a Baravalle; ante ello, este último prevenido habría reaccionado y respondido también con golpes de puño en el rostro de Goroso”.
Tanto el intendente como el vecino resultaron con lesiones leves y a ambos se les asignaron dos días de curación. De la revisación médica surgió que Baravalle tenía lastimada la mano derecha (tercer y cuarto dedos) y un eritema en el molar derecho, mientras que Goroso presentaba escoriaciones y equimosis en la región retroauricular izquierda e hipoacusia en ese oído.
La requisitoria de Atienza agregó que “el único testigo presencial del hecho, Luis Alberto Brossard, refirió que se encontraba realizando tareas de albañilería (...) y cuando se encontraba ultimando detalles de la obra con el intendente Baravalle, observó que venía el señor Goroso, quien sorprendió al intendente por detrás y comienza a agraviarlo con insultos, para luego aproximarse y tirarle unos manotazos a la cara, por lo que el intendente se defendió de la misma forma; ante ello, él (Brossard) procedió a separarlos”.
Otros detalles
Héctor Baravalle tiene 53 años (19 de setiembre de 1959) y se domicilia en Santiago Díaz 308, mientras que Jorge Goroso tiene 70 (nació el 5 de diciembre de 1942) y está radicado en avenida Agustín Quaranta 1205, ambos en Etruria.
Baravalle es intendente por el partido Unión por Córdoba desde el 12 de diciembre de 2003, de modo que está cumpliendo su tercer mandato consecutivo, ya que fue reelecto en 2007 y 2011. En tanto, Goroso es propietario de un centro de estética (spa) y el incidente tuvo como desencadenante una rotura producida en la pileta de natación que posee en dicho negocio, presuntamente por la construcción de un lomo de burro por parte de la Municipalidad frente a su propiedad, sumado al paso de los camiones que transitan por ese sector.