Entre 10 y 12 personas, por lo general jóvenes, llegan alcoholizados o intoxicados con otras sustancias a la Guardia del Hospital Regional Pasteur los días sábados. Es una situación que se viene dando en los últimos años sin solución; más bien todo lo contrario.
Esto se refleja en las declaraciones que hizo a EL DIARIO el subdirector del Hospital Regional Pasteur y jefe de la Guardia, el médico Ignacio Bruno.
“Generalmente uno puede determinar, por los datos del examen clínico, que la persona está alcoholizada. Uno sospecha, además, que hay algo más que alcohol, pero no tenemos cómo demostrarlo”, respondió ante la pregunta de este matutino, al comentarle que en Buenos Aires ha crecido el número de jóvenes que llegan a los centros de salud intoxicados con mezclas de sustancias nocivas.
“Nosotros no hacemos dosaje de droga en sangre. Ni siquiera el dosaje de alcohol en sangre lo hacemos acá. Se hace cuando lo pide la Justicia, se toma la muestra acá y se envía a Medicina Forense, para que realice la determinación en Córdoba”, explicó a la hora de graficar por qué no pueden registrar fehacientemente las razones por las que los pacientes llegan intoxicados al centro asistencial.
“Cuando uno recibe un cuadro de un paciente con signos de estar alcoholizado, espera la respuesta del paciente al tratamiento tradicional y habitual que se hace en la Guardia, pero te encontrás también con personas que no responden o que tienen signos de haber estado con otras sustancias”, declaró.
Aclaró que habla “desde lo que son sospechas clínicas, pero se ve con más frecuencia que antes. Es una impresión, porque como dije antes, no tenemos forma de corroborarlo. Si tendríamos manera, lo haríamos. No está a nuestro alcance”.
El facultativo indicó que estos cuadros se presentan, esencialmente, durante los fines de semana: viernes, sábado y a veces también los domingos.
“Un sábado a la noche podemos llegar a ver a 10 ó 12 pacientes, dos años atrás ya lo teníamos. Uno nota que se va a incrementando pero es subjetivo, al no poder registrar fehacientemente qué ha ingerido o con qué se intoxicó no puedo constatarlo, pero la situación no es nueva”, señaló.
A la Guardia llegan traídos por el grupo de amigos; a veces también por los bomberos o la Policía. “Lo habitual es que de acá tengamos que llamar a la familia cuando se trata de jóvenes”, añadió.
Confirmó que la franja más afectada por esta situación es la de los jóvenes, tanto hombres como mujeres. Y llega a haber adolescentes de 15 años de edad.
“Creo que la gente está informada y sabe lo que está tomando, pero no mide las consecuencias. Saber lo que están tomando lo saben y justamente buscan ese efecto, ya sea del alcohol o lo que sumen a esas bebidas. Se hace de manera totalmente consciente al principio”, sostuvo.
Aunque “últimamente no hemos tenido casos graves”, recordó que sí hubo casos fatales. “Hubo muerte en la Guardia del Hospital un par de años atrás y se han producido casos severos”, apuntó.
Qué hacer
El facultativo instó a acudir indefectiblemente a un centro de salud, “sobre todo cuando hay pérdida de conciencia y cuando cambian de conducta”.
“Hay que ver en qué contexto se da, pero en una fiesta o salida, cuando se observa una alteración de la conducta inmediatamente hay que consultar”, advirtió.