En los papeles había un favorito, el campeón, el que contaba sus partidos por victorias, que comandaba con comodidad el grupo, con nombres importantes y con historia dentro de la liga. Pero si existe algún motivo por el cual el fútbol es el deporte más lindo, sin lugar a dudas ayer por la tarde se dio una muestra de ello. Porque aquel equipo humilde, que llevaba las de perder y tenía pocas chances de sumar de visitante, pudo alzarse con un punto desde barrio Nicolás Avellaneda, en la casa del actual monarca de la Liga Villamariense de Fútbol.
Fue un aburrido cero a cero entre Deportivo Argentino y Juventud River de Ausonia, que dejó alegre a los de la banda roja y con bronca a los villamarienses.
En la primera etapa el partido mostró a los dirigidos por Christian Romero dominando la pelota y a los pupilos de Rubén Calcagno esperando para sorprender de contra. Pero a decir verdad, poco pudo hacer el local.
Porque este monopolio del juego, nunca le permitió la posibilidad de llevar claro peligro al arco defendido por Bernardo Pérez, el arquero de Juventud que ayer cumplió 18 años y jugó su tercer partido como titular en el arco de la “Juve”.
Los de Ausonia, bien ordenados en defensa, le cerraron los caminos a su rival, sufriendo poco y nada avalados porque los centrales Dutto y Cena se mostraron atentos a los delanteros (Fuente y Cortez) y una línea de volantes que no se despegó de la línea defensiva.
Sólo un tiro libre de Claudio Díaz, que dio en el palo (10’), y otra posibilidad del diez que no pudo definir correctamente (14’), tras pase de Negro, fueron las complicaciones que sufrió el visitante, además, de un par de remates desde zona perimetral de Mauro Fuente, que Pérez controló sin problemas.
En esta etapa, los de Ausonia no arribaron al área de Emiliano Rodríguez, teniendo en cuenta que los delanteros Contreras y Delgado sufrían mucho la falta de juego de los suyos.
En el complemento la historia fue parecida, Romero mandó a la cancha a Manuel Márquez y Adrián Vega, buscando mayor movilidad en los metros finales, pero Deportivo siguió acéfalo de chances netas, salvo en los minutos finales.
Juventud, por su parte, se animó un poco más, adelantó sus líneas y llegó un par de veces sin demasiado peligro. Un remate de Gabriel Márquez y otro de Maximiliano Theiler fueron las únicas de los visitantes. Aunque, a decir verdad, al final terminó defendiendo dentro de su propia área el empate.
Fue en los últimos quince en los cuales Argentino tuvo el control máximo de la situación y con posibilidades que lo colocaron cerca de la victoria.
Primero con un disparo de Díaz que salió cerca (32’), luego con la más clara de todas, un remate de Fuente cara a cara que Pérez tapó de manera increíble (38’) y, por último, la de Gonzalo Ñáñez que Gastón Navarro despejó en la línea, cuando el uno ya estaba derrotado (41’).
Pero la pelota se negó a ingresar, Juventud se defendió y la figura de Bernardo Pérez le dijo que no al campeón, que se quedó enojado consigo mismo, aunque sigue mirando a todos desde arriba.