El 23 de abril de 2004 el barrio Costa de Oro amaneció sacudido por una tragedia, que luego consternó a toda la sociedad. Graciela del Valle Saine, de 43 años, madre de dos hijos de 11 y 23 años en ese entonces, había sido brutalmente apuñalada.
Ella era dueña de dos vehículos, los internos 005 y 015 de Remises Villa María, y esa madrugada manejaba un Fiat Duna negro, el único de ese color que prestaba servicio para la empresa.
Tras dejar a una pasajera en la Estación Terminal de Omnibus de Villa María, la condujeron hacia el descampado detrás de la cancha de fútbol de Asociación Española y terminaron con su vida. Un guardia del sector se acercó al observar movimientos y se encontró con el macabro cuadro, cuando ya todo había sucedido. Fue un crimen alevoso.
Su asesino, a la cárcel
El 8 de mayo de 2006, al cabo del primer juicio por jurado que se realizó en los Tribunales de Villa María, se condenó a Ariel Luis Roa (34) a prisión perpetua, como autor de “homicidio doblemente calificado” por alevosía y críminis causa (para ocultar otro delito, es decir el robo).