Cuando llegué había muy pocas casas. Me enamoré una noche en la que estábamos cenando en el vivero de Acquesta. Recuerdo que el sector era prácticamente campo. Luego, fue cubriéndose todo, urbanizándose. Me encantan los amaneceres, que son incomparables. Se ven muchos pájaros, pese a todo aún la fauna se conserva y eso es lindo”.
Así inicia sus consideraciones sobre el Costa de Oro uno de los vecinos de mayor permanencia en el lugar, el empresario Omar Forgioni. El propietario de “Calzar bien”, una cadena de zapaterías de Villa María, recibe a EL DIARIO para hablar de su lugar en el mundo, ése que eligió con su esposa y sus hijos primero como residencia de verano y ya luego para radicarse de manera permanente. La naturaleza y lo pintoresco del lugar inclinaron la balanza de este hombre que ha trabajado desde sus 12 años y aún hoy sigue manejando todo al detalle a su empresa familiar.
“Tenemos nueve años de residencia aquí y en este lapso creció de manera increíble, a tal punto que están todos los terrenos prácticamente vendidos. Los valores de la tierra son actualmente significativos. Hay que destacar que se encuentra a 15 cuadras del centro de Villa María. Esperemos que se termine el nuevo puente”, declaró.
Forgioni hace una pausa a la hora de hablar de la unión entre las dos Villas, que se encuentra a paso lento por la parálisis de envíos de fondos del Gobierno de la Nación a los municipios de Villa María y Villa Nueva. “Siempre he luchado por la mantención del puente. Agradezco al intendente (Guillermo) Cavagnero por haberlo mantenido limpio en el sector que le corresponde a la ciudad, sacando los sedimentos correspondientes. Permanentemente han limpiado”, resaltó.
El entrevistado dijo que los vecinos de esta zona (Prado Español, Centro Empleados de Comercio, Costa de Oro y demás) “necesitamos el puente” y consideró que “sería importante, mientras se avanza con su construcción, lograr un paso peatonal como el que existe en el Isidro Fernández Núñez y que en su momento teníamos acá”. “Es imprescindible porque muchos niños caminan por el puente, madres con sus cochecitos, es un peligro”. Todo esto lo llevó a decir que “Dios ha sido muy bueno con nosotros por no haberse producido accidentes de envergadura, porque las características están dadas para que eso ocurra”.
El comerciante sostuvo que el Costa de Oro “es uno de los barrios más elegantes” de la ciudad y con “una inversión edilicia sin precedentes”. “Muchos villamarienses se han instalado acá y han generado una explosión inmobiliaria de las más grandes de los últimos tiempos. Sé que se considera varias veces que es un sector dormitorio de gente que trabaja en Villa María, pero también hay que decir que se pagan los tributos más altos de la localidad, su suba ha sido muy grande”, señaló.
Omar tiene una parte de su corazón en Villa Nueva, pese a haber trabajado siempre en la ciudad vecina. “Villa Nueva es un pueblo con sus raíces y sus poetas”, recalcó. “Admiro a los villanovenses, en el sentido de defender a su pueblo con uñas y dientes”, elogió.
Confesó que ha “aprendido a querer” a la localidad “y les doy la razón cuando defienden sus orígenes”. Sí, advirtió, “me gustaría que la población colabore más con el pago de tributos, porque tengo entendido que hay deudas de contribuyentes y considero que ninguna comunidad puede prosperar si la gente no ayuda”.
“Es cierto que la mayoría de quienes habitamos este lugar trabajamos o somos de Villa María, pero la gente ha empezado a querer a Villa Nueva. Esto se logra con el tiempo. Yo personalmente trato de hacer mis compras y la adquisición de los artículos necesarios del día en Villa Nueva, hay que ayudar a que crezca. Y ese vínculo también se consigue con la ayuda del municipio”, develó.
El reencuentro de una banda
Forgioni compone junto a Luis Loudet, Julio Sánchez, Jorge Cabral, Osvaldo Tisera y Juan Alberto Gudiño el grupo musical “Los diablos del ritmo”, reencontrándose a más de cuarenta años después de su creación.
EL DIARIO publicó la historia en noviembre pasado.