Hay dos trabajadores municipales que tienen carpeta médica como consecuencia de las agresiones recibidas en la calle por vecinos irascibles.
Tras el último hecho, ocurrido el lunes, desde el Sindicato Unico de Obreros y Empleados Municipales (SUOEM) presentaron una denuncia a la Justicia y exigieron al titular del área las condiciones mínimas que garanticen la tranquilidad de los trabajadores mientras hacen los controles en la calle.
“El martes a la tarde nos reunimos con todo el personal de Tránsito y acordamos reclamar seguridad. No estamos hablando de aumento, sino de cuidar la integridad física de los compañeros”, dijo Rubén Quevedo, secretario general del gremio.
Por esa razón, se comunicó con el responsable de Seguridad Ciudadana, Héctor Bersano, y mantuvo una reunión con las autoridades municipales.
“Pedimos conos, chalecos nuevos y más adicionales de Policía. Cuando se hacen controles grandes, no puede haber un sólo agente. No alcanza”, indicó.
Por esa razón resolvieron estar en alerta y ante cada control en el que no esté garantizada la seguridad, “el encargado sabe que tiene que levantarlo”, dijo.
Pidió a la ciudadanía responsabilidad para conducir y evitar así las infracciones que siempre son el motivo de las protestas y las agresiones.
“Anoche -por el miércoles- estuve viendo los controles y los muchachos ya tenían los conos, el chaleco y el adicional”, remarcó.
Los hechos
“Los insultos ya son normales, pero las agresiones se están repitiendo y eso es preocupante”, indicó Quevedo.
Una de las últimas ocurrió el viernes, cuando agredieron al inspector Juan Ponce, en un control sobre bulevar Sarmiento. “En esa oportunidad, el coche se dio a la fuga, llevando por delante a Ponce y con el faro le hizo un tajo en la mano”, relató.
El último hecho fue el lunes, cuando dos jóvenes a quienes el inspector -y delegado- Héctor Pereyra les retuvo la moto por falta de casco, se retiraron del lugar como para ir a buscar el mismo, pero desde las vías le arrojaron piedras.
Con el trabajador en el suelo, producto del golpe, los chicos volvieron y se llevaron la moto que estaba retenida.
Hoy, Pereyra tiene cinco días de reposo y la cara moreteada, mientras que Ponce sigue con carpeta médica y una mano vendada. No quieren que esto suceda más.