El secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) local, Eduardo Belloccio, remarcó ayer que “trabajar los feriados es un acontecimiento extraordinario” y que “debe contar con la anuencia de los trabajadores”.
“Se quiere instalar a Villa María como ciudad turística, lo que me parece fantástico, pero deberíamos ponernos de acuerdo en algunos puntos básicos. Primero, hay que saber de movida que trabajar los feriados es un acontecimiento extraordinario, no es algo cotidiano”, destacó el dirigente al ser entrevistado por EL DIARIO.
Abundó que para eso “se requiere del permiso que dé el Ministerio de Trabajo y la anuencia de los trabajadores”.
“Pareciera que se imponen distintas situaciones como la de que, por ejemplo, los domingos abren los shoppings y por eso también debemos abrir. Nunca se piensa en el que labura”, cuestionó.
“Acá se deben sentar los actores, como la Cámara del Comercio y el gremio que representa a los trabajadores, para ponernos de acuerdo definitivamente”, indicó.
El titular de la central obrera aclaró que “abrir es un acontecimiento extraordinario y debe estar fundamentado por qué se necesita abrir”. “Antes había que pedir permiso justificando, pero la dictadura militar se llevó eso”, añadió.
“No se piensa en el empleado, el patrón decide abrir o no, es más, a veces los patrones no están, porque se van a disfrutar el feriado total quedan los peones. Queremos que se cumplan los derechos”, sostuvo.
Cuando se le preguntó si se le está pagando a quienes desarrollan tareas en estos días no laborables, confirmó que no.
“Trabajan contra su voluntad, porque hay aprietes, son mensajes que nos llegan y que llegan a los medios. A nosotros mismos nos dicen: ‘Me tengo que callar porque mañana por cualquier excusa pierdo el trabajo’. Están obligados a trabajar bajo presión, si no los despiden, no ese día porque no es causal, pero le buscan la vuelta para deshacerse posteriormente”, denunció.
Admitió que la Secretaría Gremial tiene que controlar, pero argumentó que “no son una o dos empresas, hay cinco mil, y es difícil controlar una por una; hasta que se hace la ronda pasa un año y pico”.
“Sabemos de casos que no quieren pagar, dicen que no vendieron suficiente, bueno, si aprendieron la lección entonces no abran”, demandó.
“Pensemos en otras cosas para atraer gente a la ciudad y pensemos en los derechos de los trabajadores”, finalizó el dirigente.