¡Oh! fragor de los pechos
que reclaman
la justicia y la paz entre
los hombres
y todo un himno de
promesas cantan
bajo tanta abyección
inmunda y torpe
en su irritable desigual
sistema
del que sufre y trabaja
Antonio Sobral, 1927




El más importante de los apuntes políticos que arrojó sobre estas tierras el año que se nos va, no lo escribieron los profesionales de la política, sino la gente. El nacimiento del Encuentro Social en el que convergieron despojados de mezquindades los representantes de más de 30 organizaciones no gubernamentales es tan sólo una punta para el razonamiento que seguiremos a lo largo de este último comentario político del año. Porque 2008 también significó el nacimiento de la Asamblea en Defensa de la Democracia de Villa María, la Asamblea en Contra de los Desalojos, la Comisión Pro Viviendas para Todos, la Comisión Vecinal de las 400 Viviendas, el Grupo de Ciudadanos por un Secundario para Barrio Ameghino, el Foro Social de Villa Nueva, los Vecinos Autoconvocados en Contra de los Abusos Policiales…

En algunos de estos flamantes colectivos ciudadanos encontraron nuevos espacios y más calor entidades y personalidades que venían haciendo su camino en cierta soledad, como la Asociación Civil Verdad Real y Justicia para todos, el Movimiento Vecinalista Independiente y Libre, la Juventud Unida y Solidaria de Barrio San Martín, un ex intendente, ex legisladores, ex concejales, profesionales de reconocido prestigio… Aunque a los referentes nadie les pidió que rompieran el carné en la puerta de entrada, todos entendieron que allí primaba su condición humana.

¿El disparador? Un objetivo, primero, y luego la necesidad añadida de trabajar y hasta luchar en contra de quienes encajonan expedientes, planillas repletas de firmas, ideas, ideales, ideologías, proyectos, iniciativas…
Es decir, a las actividades de cada grupo se fue agregando en todos los casos la obligación de hacer entender a los burócratas que, en verdad, ellos deberían ser facilitadores del bienestar de todos y obrar en consecuencia, dejando de lado las actitudes que los convierten en cómplices de la trama que se intenta descifrar, en piedras en el camino que se quiere recorrer hacia una sociedad mejor, con la justicia como bandera, con solidaridad y con justa distribución de la riqueza.

Es como si aquellos cinco disparos que sonaron la noche del lunes 14 de abril en la vivienda digna de un dirigente social, hubieran despertado la conciencia colectiva. Como si los disparos de esa pistola roñosa de los brandoleros hubieran dado la partida en todas las direcciones: Justicia, Educación, Vivienda, Derechos Humanos, Seguridad sin Violencia…

Hablando con quienes quieren su casa prometida o un colegio para el barrio más poblado o justicia para más de veinte crímenes impunes o… uno comprende rápidamente que, como grupo, no persiguen otro interés que ése. Más allá de que alguno de sus integrantes puede aspirar íntimamente a que determinados gobernantes terminen desocupados apenas los tiempos institucionales lo permitan.

Ahora, todas estas entidades entran en un año electoral. Ya desde las catacumbas comienzan a asomar monstruos conocidos. Es como un pasado que no pasa, que se asoma desde el futuro (2009, 2011…). Y estos militantes de la vida a los que dedicamos este último comentario político de 2008, deberán estar atentos para que nadie coseche con fines mezquinos lo que han sembrado, entre lo que se cuenta el haber puesto de pie y en marcha a cientos de ciudadanos, el haber sentado a escuchar a más de un ministro, a un fiscal general y, por sobre todo, el haber recuperado la esperanza de muchas personas.

Alcanzar los objetivos propuestos no les será fácil pero, sin dudas, luchar desde tantos frentes contra los organizadores de la indiferencia, es un avance para la sociedad a la que pertenecen.