Se trató de la Sala de Primeros Auxilios que abrió sus puertas en el 345 de la actual calle General Paz, entonces denominada Perú. Según el plano firmado por Joaquín Stupenengo, el lote en el cual se erigió el edificio que ocupa la esquina de San Juan y General Paz, es donde se levantaba el Edificio Departamental de Tercero Abajo.
Atender estatales, policías y presos
Por entonces el Gobierno municipal de Villa María era ejercido por una Comisión Administradora presidida por Antonio Broggi. En la sesión del 5 de marzo de 1915 de ese organismo, se decidió emitir un decreto llamando a licitación para construir un espacio dedicado a la atención de la salud de los vecinos. El primer artículo de esa norma dice “llámase a licitación para la construcción de un edificio destinado a sala de primeros auxilios, el que se realizará de conformidad al plano, especificaciones y pliego de mediciones...”. Las dimensiones del lugar, puntualizadas en el mismo decreto, establecían una sala de 5,50 por 7 metros, más un zaguán de 2 metros de ancho, “según el Decreto N° 5.069” expedido por Gobierno provincial el 2 de ese mes. Recordemos que entonces el Poder Ejecutivo provincial estaba a cargo de Ramón J. Cárcano, quien desarrolló su primera gobernación entre los años 1913 y 1916 y luego ocuparía nuevamente ese cargo entre 1925 y 1928.
El mencionado plano del proyecto de la sala establece dos salas de espera y enfermería del lado derecho, separadas por un zaguán de 1,60 metro de ancho, de la otra ala del edificio que constaba de una sala para el portero de 4,40 por 3,65 metros, la cocina y el baño. Existen diferencias entre lo que se plantea en el decreto y lo que está dibujado en el plano. Pero en algunos documentos se habla de modificaciones de lo establecido en el decreto. Incluso lo que se ve en la foto de la fachada se ajusta al plano.
El mencionado decreto provincial de creación de la sala, en sus considerandos, señala “que la población de Villa María y Villa Nueva carece de hospital y diariamente los hechos imponen la creación por lo menos de una sala de primeros auxilio que atienda a los enfermos y heridos indigentes hasta que puedan trasladarse a los hospitales existentes en la provincia”. En tanto que en su parte resolutiva la norma legal acordó un subsidio a la Comisión Administradora municipal. Por otra parte, se estableció que “la administración y atención del departamento de primeros auxilios...” estaría “a cargo de la Municipalidad de Villa María, de conformidad a la reglamentación que ella determine”. Por último se fijaba “la obligación de atender gratuitamente” tanto a “los empleados de Gobierno” como a los agentes y los detenidos por la Policía.
Construcción
El Gobierno local no sólo planificaba la construcción de la sala de salud, también se ocupaba del personal que trabajaría en el lugar. Hasta 1914 el médico municipal había sido Vicente Martínez Mendoza. Según señala Roberto Sayago, en su libro “La medicina en Villa María y la región”, Martínez fue el último médico municipal. Luego, a partir de la nueva institución, se ingresaría a otra etapa sanitaria en esta localidad.
En relación a los contactos mantenidos por la administración municipal para dotar de personal a la nueva sala, encontramos una nota en la página 638 del libro copiador N° 20 del Poder Ejecutivo que se guarda en el Archivo Histórico Municipal. En esa misiva, fechada el 24 de marzo de 1915, Broggi se dirige a un señor Pérez, de la “sala de Policía” del Hospital San Roque de la ciudad de Córdoba. Allí el presidente de la Comisión Administradora le comunica que la apertura de la sala está prevista para “fines del mes de junio” de ese mismo año. Por otra parte, le pide que remita “certificados de competencia” y “pretensiones para tenerlo en cuenta en primer término al tratarse de la provisión del puesto de enfermero”.
Aquel 24 de marzo la Comisión Administradora también remitió una nota a Joaquín Stupenengo haciéndole saber que “en la sesión de fecha 22 del corriente se ha resuelto adjudicar a usted la construcción de la Sala de Primeros Auxilios, siempre que usted se ajuste a los siguientes condiciones” e inmediatamente pasa a mencionar las pautas fijadas mediante las cuales se establecía que la obra tenía que ser entregada en 70 días y debía ofrecerse una “garantía personal solidaria de reconocida solvencia a satisfacción de la administración municipal”. También se establecían las formas de pago: “1.500 pesos al estar el edificio a la altura de los techos; 1.500 pesos al estar completamente terminada la mampostería y 1.872 pesos al recibir la obra por el Departamento de Arquitectura de la Provincia”. En el libro de Sayago se sostiene que el constructor del edificio fue Francisco Soldavini, pero en realidad éste presentó una propuesta al igual que Humberto Venosta. En el caso de Stupenengo no sólo presentó la propuesta, sino que el 27 de marzo firmó el contrato poniendo como garante a Francisco Petracco. Días después, en el mes de abril, Pablo Fiorio fue nombrado sobrestante de la obra.
En cuanto al dinero para financiar la construcción, éste fue aportado por el subsidio de la Gobernación. En la página 391 del mismo copiador mencionado consta el agradecimiento de la Comisión Administradora a Cárcano por los cinco mil pesos “otorgados para la construcción e instalación” de la Sala de Primeros Auxilios. Para el equipamiento se recaudó dinero entre aportantes privados. La lista de donaciones es muy larga por lo cual sólo mencionamos algunos de los nombres que allí aparecen: Seco Hnos., Pedro Razetto, Juan Alberdi, Enrique Schmeider, José Giraudo, Wenceslao González, Santiago Depetris, Francisco Lamberti, Wenceslao Novillo, José Daghero, Juan Vogler, Mateo Acuña, Suppo Hno.s, Juan Guissiano y Santiago Depetris.
Inauguración
Cerca de la entrega de la obra se acordó que la apertura oficial se realizaría el día 8 de agosto de 1915. El tercer día de ese mes el presidente de la Comisión Administradora firmó invitaciones que decían “debiendo realizarse el día 8 del corriente a las 11 de la mañana la bendición e inauguración oficial de la Sala de Primero Auxilios y a cuyo acto asistirán el excelentísimo gobernador de la provincia, Dr. Ramón J. Cárcano, el Sr. ministro de Obras Públicas Dr. Juan B. González, y... monseñor Bustos, obispo diocesano de Córdoba”. También se les comunicó a cinco mujeres de la ciudad que serían las madrinas de la Sala y fue convocada la Banda Municipal de música que amenizó el acto. Para las 12 horas se previó un banquete en honor a las autoridades que visitaban la ciudad.
Martínez Mendoza fue designado director de la Sala, lo acompañaron los doctores Ricardo Berdier y Teseo Ragusín. El sostenimiento fue realizado con recursos municipales y, por años, se recibieron subsidios del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cultos para sostenerla. Durante 1926, en la primera Intendencia de Parajón Ortiz, pasó a denominarse Asistencia Pública y Sala de Primeros Auxilios. En la segunda Intendencia de Parajón Ortiz se desviaron fondos provenientes del subsidio del Ministerio nacional que llevó a la iniciación de una causa judicial que, por algunos días, les costaría le libertad a éste y otros políticos de la ciudad.